Las ejecuciones de presos aumentaron en 2013 (Amnistía Internacional)

Al menos 778 condenados a muerte fueron ejecutados en 2013, un centenar más respecto al año anterior, cuando fueron ajusticiados 682, reveló el informe de Amnistía Internacional publicado este 27 de marzo. EE.UU. fue una vez más el único país de América que ejecutó a presos. 

Campaña contra la pena capital. Archivo (24/02/2010). Reuters/Denis Balibouse

Por Elisenda Panadés.

El aumento de ejecuciones es “muy preocupante”, declaró este jueves Audrey Gaughran, directora de Asuntos Internacionales de la organización internacional. Sobre todo teniendo en cuenta que los datos estarían por debajo de los reales, al excluir las ejecuciones en China, país que no facilita sus datos y “donde miles de personas son ejecutadas cada año”, lamentó la portavoz de Amnistía Internacional.

Dos países serían los responsables del incremento de ejecuciones en 2013: Irak e Irán, aunque sus cifras estarían también por debajo de las reales, sobre todo porque “Teherán revela posiblemente un número menor de penas capitales de las que aplica”, declaró Gaughran.

Detrás de China, número uno mundial en ejecuciones de la pena capital, Irán se encuentra en segunda posición, con al menos 369 ejecuciones declaradas en 2013, seguido por Irak (con 169 presos ajusticiados), Arabia Saudí (79), Estados Unidos (39) y Somalia (34).

Estados Unidos fue una vez más el único país de América que ejecutó a presos, la mayoría en el estado de Texas, aunque fueron 4 menos que en 2012. En América latina, Cuba y Guatemala conservan la pena de muerte en sus legislaciones, aunque suelen cambiarla por la cadena perpetua.

Además de los dos países latinoamericanos, entre los Estados que no ejecutaron a presos en 2013, a pesar de contemplar la pena capital, se encuentran también Gambia, los Emiratos Árabes Unidos, Pakistán y Bielorrusia, lo que supone que no hubo ejecuciones de presos el año pasado en toda Europa y Asia central.

AI llama a una moratoria

A pesar del aumento de ejecuciones, continúa disminuyendo el número de países que aplican la pena de muerte en el mundo. Mientras que hace veinte años eran 37 estados, en 2004 fueron 25 y el año pasado 22. “Un pequeño número de países aplicó la mayor parte de esas condenas a muerte absurdas financiadas por el Estado”, señaló el secretario general del organismo internacional, Salil Shetty.

Para AI la tendencia a largo plazo es clara: “La pena de muerte se va convirtiendo en una práctica del pasado”, dice en su informe. Y llama a “todos los gobiernos que aún matan en nombre de la justicia a decidir inmediatamente una moratoria sobre la pena de muerte, con la finalidad de abolirla”.