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Justicia

Amnistía para Morrison 40 años después de que le acusaran de enseñar el pene

‘This is the end’ en la causa contra Jim Morrison en Florida. Un Consejo de Clemencia aprueba por unanimidad una solicitud de perdón del gobernador Charlie Crist al que habían acudido los fans de The Doors. Su viuda afirma que Morrison rechazaría el perdón si estuviera vivo. "No gracias, no me molesten”, asegura Patricia Kennealy Morrison.

James Douglas Morrison, más conocido como Jim Morrison.
James Douglas Morrison, más conocido como Jim Morrison. DR
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El concierto en Miami, en noviembre de 1969, cuando The Doors estaba en plena gloria, cambió el rumbo de la historia de Jim Morrison. La policía le acusó de haber enseñado el pene en plena actuación que el cantante hizo completamente ebrio. Sus compañeros de banda siempre negaron las acusaciones.

“Jim no hizo nada, yo estaba en la escena con él” ha dicho en numerosas ocasiones el batería del grupo. Efectivamente, no hay ninguna foto que pruebe que Jim Morrison exhibió su sexo, y eso que allá donde iba Jim Morrison arrastraba a una marabunta de fotógrafos, y en ese concierto de Miami, eran cientos. Él mismo se entregará al FBI de Los Ángeles.

No hay pruebas, pero la máquina moralista estadounidense se pone en marcha. Tras dos años de juicio, un tribunal le condenó a seis meses de prisión y trabajos forzados y prohíben al grupo hacer conciertos. Tras apelar la sentencia y pagar una fianza de 50.000 dólares, el cantante y líder de The Doors evita la cárcel.

Este proceso supuso el declive del grupo y el final como cantante del que llamaban el “Rey lagarto”. Fue en marzo de 1971 cuando Morrison anuncia al resto de The Doors que abandona el grupo, en plena grabación del disco L.A.Woman, mientras tocaban Riders on the Storm, una tormenta que auguraba un desenlace trágico.

Jim Morrison quería huir de todo, olvidarse de los últimos años, callejear libre de cualquier yugo de la fama y del alcohol y se refugió en París, en un piso de una joven modelo francesa en el barrio del Marais, donde se instaló con su novia. Allí empieza una nueva vida, corta. “Espero que se acuerden de mí como de un poeta cuando esté muerto”, le dijo Morrison a su manager, Bill Siddons yendo a desayunar a un hotel de la capital francesa.

Había muerto el hombre de escena para dar paso al hombre poeta, un poeta maldito como Charles Baudelaire o Arthur Rimbaud, esos poetas franceses a los que tanto admiraba y tanto había leído.

Escribió y callejeó, acompañado únicamente de sus cuadernos donde escribió poemas con las plazas de París como únicos testigos, poemas como As I look back. Escribió hasta el 3 de julio de 1971 cuando una crisis cardíaca acabó con su vida. Tenía 27 años. Cuatro días más tarde, fue enterrado en una ceremonia muy discreta en el cementerio de Père Lachaise de París, lugar que 40 años después sigue siendo, parada obligada de la peregrinación de los fans de Jim Morrison.

Morrison tendría hoy 67 años. Cuatro décadas después de su condena, ha llegado la clemencia de la justicia de Florida por petición del gobernador Charlie Crist. Una clemencia demandada por sus seguidores. “Creo que librarlo de culpa hace que todo el dolor y sufrimiento que tuvo por aquel juicio pierda sentido”, ha dicho Patricia Kennealy Morrison, considerada la viuda del ‘Rey Lagarto”, aunque oficialmente no estuvieran casados.

Para ella, que compartió los últimos momentos de la vida de Morrison, su reacción ante el anuncio de la amnistía sería: “No gracias, no me molesten”.

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