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Oriente Medio

Rusia y EEUU acuerdan una ‘suspensión de hostilidades’ en Siria

Reunidos en Múnich, los representantes de Moscú y Washington negociaron por escrito un cese de violencia en Siria dentro de una semana para impulsar un proceso de paz y frenar el éxodo de civiles. Los países occidentales pedían de manera reiterada la detención de la campaña de bombardeos rusos que acompaña desde hace diez días una gran ofensiva del régimen contra los rebeldes en Alepo.

El secretario de Estado norteamericano John Kerry  y su par ruso Sergei Lavrov.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry y su par ruso Sergei Lavrov. REUTERS/Goran
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Estados Unidos y Rusia acordaron el jueves por la noche una "suspensión de las hostilidades" en Siria en el plazo de una semana para relanzar el proceso de paz y frenar el éxodo de civiles.

Al término de cinco horas de intensas negociaciones en Múnich (Alemania), ambos países y sus principales aliados acordaron un mayor e "inmediato" acceso de la ayuda humanitaria a los civiles.

"Acordamos una suspensión de las hostilidades en todo el país en el plazo de una semana", declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, al término de una reunión del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GIAS).

Kerry advirtió que los resultados se analizarán en base a lo que ocurra "en el terreno" y no en base "a las palabras que están en un trozo de papel esta noche".

Su homólogo ruso, Serguei Lavrov, estimó por su parte que correspondía a Damasco y a la oposición siria "adoptar las medidas necesarias". "Tendremos que hacer uso probablemente de nuestra influencia sobre las partes", aseguró.

Estados Unidos y Rusia dirigirán las "modalidades" de la puesta en marcha de este cese de la violencia, precisó Lavrov, para quien se trata del "primer paso" hacia un alto el fuego permanente.

Sin embargo, Londres estimó que el acuerdo no podrá aplicarse con éxito sin "un cambio de comportamiento" de Damasco y de Rusia, declaró en un comunicado el canciller británico, Philip Hammond.

Los países occidentales pedían de manera reiterada la detención de la campaña de bombardeos rusos que acompaña desde hace diez días una gran ofensiva del régimen contra los rebeldes en Alepo (norte).

La suspensión de las hostilidades afectará a todas las partes en conflicto, excepto a los "grupos terroristas Dáesh [acrónimo del grupo Estado Islámico, en árabe] y Al Nusra [vinculada a Al Qaeda]", precisaron los cancilleres.

Los occidentales apoyan a la oposición moderada, especialmente al Ejército Sirio Libre (ESL), primera víctima de las bombas rusas estos últimos días.

Reunión en Ginebra el viernes

"También acordamos acelerar y ampliar la entrega de ayuda humanitaria a partir de este momento" a una serie de ciudades sitiadas, añadió Kerry, que citó entre otras Deir Ezzor (este), donde el EI asedia a las fuerzas leales al régimen.

Un grupo de trabajo dirigido por Naciones Unidas se reunirá a partir del viernes en Ginebra para poner en marcha este apartado humanitario, que contará con "balances semanales", precisó.

Las negociaciones de paz entre las diferentes partes en conflicto en Siria, suspendidas a principios de febrero a causa de una ofensiva del régimen apoyada por la aviación rusa contra los rebeldes, deben "reanudarse lo antes posible", urgió el jefe de la diplomacia estadounidense.

Estas negociaciones deben tener lugar "sin ultimátums ni condiciones previas", señaló por su parte Lavrov.

Moscú rechaza como condición previa la marcha del presidente sirio, Bashar al Asad. En cambio, los occidentales mantienen que una solución duradera en Siria es imposible si sigue él.

La oposición siria reclamaba avances en el plano humanitario y la suspensión de los bombardeos antes de retomar estas negociaciones, aplazadas por el momento al 25 de febrero.

Intensificar la lucha contra el EI

El acuerdo en Múnich llegó en un contexto de desconfianza mutua y de advertencias sobre una guerra mundial.

"Todas las partes deben ser obligadas a sentarse a la mesa de negociaciones en lugar de desencadenar una nueva guerra mundial", advirtió el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en una entrevista al diario alemán Handelsblatt.

Desde el 1 de febrero, el régimen de Asad, apoyado por Rusia, ha lanzado una violenta ofensiva contra los rebeldes de Alepo (norte), que se encuentran atrapados en los barrios del este de la ciudad.

Los combates en la región han obligado a abandonar sus hogares a unas 60.000 personas, según Kerry, muchos de ellos rumbo a la frontera turca. Otros 350.000 civiles se encuentran asediados junto a los rebeldes.

En el terreno, las fuerzas del régimen siguieron avanzando el jueves hacia Tall Rifaat, uno de los bastiones más importantes de la insurrección en la región de Alepo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Rusia anunció haber llevado a cabo 510 vuelos para bombardear 1.888 "objetivos terroristas" entre el 4 y el 11 de febrero, y haber matado a dos comandantes rebeldes en la provincia de Alepo.

En Bruselas, el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, que urgió a la coalición contra los yihadistas a redoblar esfuerzos en Irak y Siria, anunció que la OTAN "explora la posibilidad" de unirse a la coalición.

Los sauditas reiteraron su ofrecimiento de desplegar tropas terrestres en el marco de la coalición para luchar contra el EI, organización que, según la agencia de inteligencia estadounidense CIA, empleó armas químicas en varias oportunidades en el campo de batalla y puede fabricar pequeñas cantidades de cloro y gas mostaza.
 

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