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ARABIA SAUDITA / IRAN

Riad rompió sus relaciones diplomáticas con Teherán

Arabia Saudita anunció la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Irán, después que manifestantes incendiaran parte de su embajada en Teherán en protesta contra la ejecución de un dignatario religioso chiita saudita. Arabia Saudita quiere agravar las "tensiones y los enfrentamientos" en la región, reaccionó este lunes el portavoz de la diplomacia iraní, Hosein Jaber Ansari.

Manifestantes iraníes denunciaron, este domingo 3 de enero de 2016 en Teherán,  la ejecución del predicador al-Nimr por Arabia Saudita.
Manifestantes iraníes denunciaron, este domingo 3 de enero de 2016 en Teherán, la ejecución del predicador al-Nimr por Arabia Saudita. REUTERS/Raheb Homavandi/TIMA ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS
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La ejecución el sábado del jeque saudita chiita Nimr Baqer al Nimr, un firme opositor al régimen de Riad, suscitó violentas críticas de Irán, país musulmán de mayoría chiita (90%) y gran rival de la sunita Arabia Saudita. Un motivo más de tensión entre ambos países opuestos en las crisis regionales, como la de Siria y la de Yemen.

Dicho ajusticiamiento provocó este domingo manifestaciones que terminaron con la destrucción de una parte de la embajada saudita en Teherán y con ataques contra el consulado de este país en la ciudad iraní de Mashhad.

Arabia Saudita decidió entonces "romper sus relaciones diplomáticas con Irán" y urgió a la representación diplomática iraní a abandonar el país "en un plazo de 48 horas", anunció a la prensa este domingo por la noche el canciller saudita, Adel al Jubeir. El reino rechaza "tratar con un Estado que patrocina el terrorismo (...) y propaga el caos y la confesionalidad en Oriente Medio y en el mundo musulmán", añadió Jubeir.

El dignatario Nimr, de 56 años, fue ejecutado junto a otras 46 personas condenadas por "terrorismo", la mayor parte de ellas por atentados atribuidos a Al Qaida. Se trata de "la ejecución en masa más importante" en Arabia Saudita desde 1980, consideró la ong Human Rights Watch. Al Nimr encabezó en 2011 un movimiento de protesta, surgido en la estela de la Primavera Árabe, en Arabia Saudita, donde gran parte de la minoría chiita se siente marginada.

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"¿Qué necesidad había de crear un nuevo mártir?" Escuche el análisis de Luciano Zákara, experto del Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar:

RFI

Arabia Saudita quiere agravar las tensiones regionales, dice Irán

Irán estimó por su parte este lunes que la decisión de Riad de romper las relaciones diplomáticas no podrá hacer olvidar el "gran error" de la ejecución del dignatario chiita, informó la agencia Irna. Arabia Saudita quiere agravar las "tensiones y los enfrentamientos" en la región e "intenta resolver sus problemas internos exportándolos al exterior", reaccionó también el portavoz de la diplomacia iraní.

"Sin ninguna duda, la sangre derramada injustamente del mártir [Nimr] dará sus frutos y la mano divina lo vengará de los dirigentes sauditas", había advertido este fin de semana el guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei. El presidente iraní Hasan Rohani por su parte había denunciado la ejecución del clérigo pero calificado de "injustificables" los ataques contra las representaciones sauditas.

Luchas de influencia

Esta ejecución provocó también la ira de las comunidades chiitas de Arabia Saudita, Líbano, Bahréin, Yemen e Irak, así como en Pakistán y en la zona india de Cachemira. En cambio, varios países árabes, como Kuwait, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y el gobierno yemenita, así como la Organización para Cooperación Islámica, se pusieron del lado de Riad, condenando las "agresiones" contra las representaciones sauditas y aportando su apoyo a su "lucha contra el terrorismo".

Este lunes tres aliados del reino saudita han roto o reducido sus relaciones diplomáticas con Teherán. Baréin, fiel aliado de su vecino saudí, y Sudán rompieron sus lazos con Irán y los Emiratos Arabes Unidos llamaron a consultas a su embjador y redujeron su personal diplomático en la capital iraní, agravando la crisis generada por la ejecución de un dignatario chiita en Arabia Saudita.

La escalada entre Arabia Saudita e Irán hace temer un aumento de la violencia sectaria en Oriente Medio, particularmente en Irak, donde dos mezquitas sunitas fueron atacadas este lunes en el centro del país.

Antes del anuncio saudita de la ruptura de las relaciones diplomáticas con Teherán, Estados Unidos, Naciones Unidas, la Unión Europea, Francia y Alemania expresaron su temor por una exacerbación de las tensiones con la ejecución del jeque Nimr. Para los expertos, el recrudecimiento de la tensión entre Riad y Teherán podría alimentar las guerras en Siria y Yemen, donde ambas potencias regionales tienen intereses distintos.

Con AFP. -

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