El gobierno islamo-conservador de Turquía arremete contra los kurdos
Mientras el ejército prosigue su ofensiva militar contra la guerrilla del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), en Estambul el gobierno adelanta acciones drásticas contra los líderes del Partido Democrático del Pueblo (HDP), acusados de actuar a favor de una fuerza terrorista.
Primera modificación:
Si hace poco más de veinticuatro horas el gobierno ordenó abrir una investigación judicial contra Salahattin Demirtas, dirigente de arrastre popular de la organización prokurda Partido Democrático del Pueblo (HDP), hoy acusa a su copresidenta, Figen Yuksekdag, de “propaganda a favor de un grupo terrorista”, según los términos utilizados por la agencia de prensa oficial Anatolia.
Entre tanto, en Estambul, este viernes por la mañana, la policía también practicaba numerosos allanamientos en una amplia redada en el barrio de Gezi.
La acusación contra la señora Yuksekdag se basa en sus recientes declaraciones en apoyo a los combatientes kurdos de Irak, los peshmergas, por su lucha contra el grupo Estado Islámico, que para Ankara no son más que aliados del PKK.
La ambigüedad de Salahattin Demirtas
El poder turco puso en tela de juicio a Demirtas por “perturbación del orden público” e “incitación a la violencia”. Los hechos que se le reclaman remontan a octubre de 2014, cuando expresó públicamente su apoyo a los kurdos de Siria. Treinta y cinco personas murieron durante las manifestaciones del otoño, organizadas por el HDP en protesta por la línea turca de no ayudar a los kurdos de Siria contra los yihadistas.
Según Demirtas y Yuksekdag, el gobierno los “castiga” con estos procesos judiciales por la elevada votación obtenida en las elecciones legislativas de junio, lo que impidió al partido AKP, liderado por Recep Tayyip Erdogan, alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento.
Demirtas considera que el poder utiliza la guerra contra el grupo Estado Islámico - en la que se enroló tardíamente, tras una prolongada política de ambigüedad - para justificar sus ataques contra el PKK. El partido de Erdogan lo acusa a su vez de no ser claro en sus relaciones con los kurdos extremistas: pese a que Demirtas ha declarado que “el HDP no es el brazo político del PKK”, no ha condenado abiertamente las últimas acciones de la guerrilla (clasificada como organización terrorista por los Estados Unidos y la Unión Europea). Al punto que el diario Hurriyet, de gran circulación y tendencia moderada, lo exhortó a adoptar posiciones claras.
Acciones recientes de la guerrilla kurda
Al tiempo que la tempestad política sacude a los centros del poder, el PKK prosigue su política sangrienta contra los representantes del Estado: dos policías fueron asesinados este viernes 31 de julio en la región de Adana, en un tiroteo en el sur del país, lo que eleva el número de agentes muertos a trece desde el inicio de esta nueva ola de violencia, desencadenada el 20 de julio. Tres de los efectivos sucumbieron en una emboscada a un convoy militar.
Este último ataque se produjo en una zona ubicada un poco más hacia el oeste, frecuentada por los numerosos turistas que visitan Turquía durante el verano.
En represalia, el ejército turco ha bombardeado de manera continua el norte del Irak, región donde se han refugiado los guerrilleros del PKK.
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