La nueva oferta de paz que Francia hace a israelíes y palestinos
París habría elaborado una resolución de paz que pretende llevar a voto en septiembre próximo ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El proyecta da un plazo de dieciocho meses a israelíes y palestinos para negociar un acuerdo de paz, de no ser así Francia reconocerá oficialmente al Estado palestino.
Primera modificación:
La información ha sido publicada este miércoles por el diario Le Fígaro, que tuvo acceso al proyecto de texto autorizado por el ministro de Asuntos Exteriores galo, Laurent Fabius. Según indica el rotativo, el texto fue comunicado recientemente a la Liga Árabe, así como también, de manera informal, al gobierno británico y al español.
La oferta francesa surge cuando el proceso de paz entre palestinos e israelíes está en punto muerto desde hace meses, precisamente, desde abril 2014 cuando el Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, fracasó en sus intentos de negociación.
El escenario actual tampoco deja mucho espacio para alcanzar algún pacto. Por un lado las recientes elecciones en Israel condujeron a un nuevo mandato del Primer ministro Benjamin Netanyahu, quien nada más reinstalado en el cargo sentenció que se opondría a cualquier solución que pasara por el reconocimiento de un Estado palestino. Del lado palestino, su artillería de demandas internacionales contra Israel y un intenso juego diplomático parecen alejar aún más la opción de sentarse junto a sus vecinos para dialogar.
Ante este deterioramiento de la situación, Francia sacó esta carta bajo la manga. En esencia lo que propone París es, entre otras cosas, un llamado a la creación de un Estado palestino sobre la base de las fronteras del 4 de junio de 1967, sin despreocuparse de la seguridad de Israel. Pero tampoco de los palestinos. Para ellos insta a un control eficaz de las fronteras ‘que impida el resurgimiento del terrorismo, así como el ingreso de armas’.
Quizás uno de los puntos más interesantes de la propuesta francesa es que no deja ningún espacio para el mantenimiento de la ocupación israelí de territorios palestinos. Para ello propone un período de transición para dar pie al respeto de la ‘soberanía de el Estado desmilitarizado de Palestina, incluyendo una retirada programada del ejército israelí’ de esos territorios.
También se pide un tratamiento justo al tema de los refugiados palestinos, desde una mirada equilibrada y realista, dicen los franceses, es decir, con posibilidades compensatorias en el caso de que sea imposible la reubicación.
En relación al futuro de Jerusalén, al que tanto palestinos como israelíes reclaman como capital, el texto diplomático es vago, y deja abierta la puerta a una negociación extensa, atribuyéndola como capital de los dos Estados.
Se trata de una apuesta ambiciosa, que abarca todos los puntos centrales de la discusión y en un plazo de tan sólo ocho meses. Ese puede ser, efectivamente la piedra de tope, es decir, solucionar en menos de un año un conflicto de más de seis décadas de existencia. Tal vez por eso los franceses amenazan con, de no llegar a acuerdo dentro del plazo, reconocer al Estado palestino, con toda la repercusión internacional que esto pueda traer.
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