La odisea de una kurda de 107 años para huir de Siria
Convirtiéndose en la refugiada más anciana del mundo y huyendo de los ataques islamistas contra la minoría kurda en Siria, Sabria Khala, una mujer de origen kurdo de 107 años, ha logrado reunirse finalmente con su familia en Alemania. La mediación de una diputada de la izquierda alemana ha sido clave.
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Por Elisenda Panadés.
La odisea de esta refugiada centenaria empezó hace siete meses cuando huyó, junto a uno de sus hijos, de la presión y ataques que desde hace meses someten los grupos islamistas a la minoría kurda en medio de la guerra en Siria. Los kurdos, que representan el 10% de la población del país y que se han mantenido equidistantes de las partes en conflicto, Gobierno de Asad y rebeldes, aprovecharon el contexto bélico para declararse zona autónoma en 2013. Y desde entonces se autogobiernan y se protegen de los ataques de las milicias islamistas que combaten en el país.
Nacida en 1907 y testigo de los últimos años del Imperio Otomano, la primera guerra mundial, el mandato francés en Siria, el reinado del partido Baas y ahora la guerra de Siria, Sabria Khalaf viajó primero al Kurdistán de Turquía, justo al otro lado de la frontera con la región kurda del Norte de Siria y donde los kurdos de ambos lados mantienen estrechas relaciones a pesar de que la frontera permanece cerrada y controlada por el Ejército turco.
Más tarde y desde Istanbul, la centenaria kurda y su hijo Kenan tomaron un barco rumbo a Italia con 90 inmigrantes clandestinos más a bordo, travesía con la cual Sabria estuvo a punto de pagar con su vida, antes de ser rescatada por las autoridades griegas. Una vez en el país helénico, Sabria solicitó el asilo, siguiendo la normativa europea que exige que dicha solicitud se realice en el estado miembro de entrada.
Fracasados sus intentos de llegar a su destino final, Alemania, país que acoge la mayor comunidad kurda en diáspora, la centenaria permaneció en Grecia durante los últimos dos meses. Hasta a inicios de este mes de marzo, cuando el diario alemán Sueddeutsche Zeitung publicó un artículo sobre su historia. A raíz de este reportaje, una diputada alemana del partido Die Linke (La Izquierda), Annette Groth, solicitó al presidente federal de Alemania, Joachim Gauck, intervenir en su caso y acelerar el proceso burocrático para trasladar a Khalaf a Alemania. La Oficina de Migrantes y refugiados alemanes tomó entonces la decisión de acelerar el traslado de la anciana por razones humanitarias.
Dos semanas después, Sabria llegó a su destino final: Düsseldorf, donde le esperaba su familia con su tataranieta recién nacida. “Estoy muy agradecida por el apoyo y muy agotada", declaró muy emocionada la centenaria a su llegada esta semana a Alemania. Final feliz para esta mujer refugiada kurda, testigo del último siglo de conflictos en Oriente Próximo, y cuyo deseo era “morir rodeada de su familia”.
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