Multitudes manifiestan en El Cairo
Centenas de miles de personas respondieron al llamado de la oposición a participar en la llamada “marcha de un millón”, en la capital de Egipto, para exigir la dimisión de Hosni Mubarak. Mohamed El Baradei, líder del movimiento de protesta, pide una salida honorable pero inmediata del mandatario egipcio. Escuche el Tema del Día.
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En Egipto no había ocurrido una movilización de esta envergadura desde 1981, año en el que Hosni Mubarak llegó al poder. Según la cadena de televisión qatarí Al Jazira, dos millones de personas de todas las edades y de todas las tendencias religiosas están reunidas en el centro de la capital egipcia.
El Ejército cerró este martes por la mañana el acceso a la capital y a otras ciudades, mientras que los helicópteros sobrevolaban repetidamente el centro de El Cairo. Por otra parte, las autoridades interrumpieron este lunes el tráfico ferroviario para impedir una afluencia masiva de manifestantes.
Sin embargo, la voluntad de los egipcios no ha flaqueado. Anoche numerosas personas durmieron en la Plaza de Tharir (libertad), epicentro del encuentro, desafiando el toque de queda impuesto desde las cuatro de la tarde. Esta mañana, centenares de personas llegaron paulatinamente bajo la impasible mirada de los militares.
El Ejército había declarado ayer que las reivindicaciones del pueblo eran “legítimas” y aseguró que no emplearía la fuerza contra los manifestantes. Este mensaje, ciertamente apaciguador, probablemente contribuyó a consolidar la voluntad de un pueblo decidido a asumir las consecuencias de una revuelta sin precedentes, destinada a reclamar mayor justicia social y libertad.
Y allí está la población, aplaudiendo a transeúntes que enarbolan pancartas hostiles a Mubarak, o a la vista de ”maniquíes que representan al presidente ahorcado, con una estrella de Davis en la solapa y un puñado de dólares que brotan de los bolsillos”, describe desde El Cairo, Fatima El-Bacha, de la AFP.
Las manifestaciones no se han limitado a la capital egipcia. En Alejandría, decenas de miles de personas se congregaron a principios de esta tarde frente a la Mezquita Qaëd Ibrahim y en la estación ferroviario, informo otro periodista de la AFP. Entretanto, en Suez, al este del país, unos 2.000 manifestantes se reunieron en el centro de la ciudad.
El mundo entero tiene la vista puesta sobre esta manifestación que, para muchos, podría conducir a Egipto hacia un nuevo rumbo. En particular, si los militares, aliados tradicionales de Hosni Mubarak continúan desligándose del mandatario a pesar de sus maniobras para mantenerlos de su lado.
Por el momento, el ejército egipcio, que es muy formalista, ha mantenido su promesa de “no agresión” a los manifestantes mientras no se produzcan actos de violencia. Por su lado, la policía, que desde el inicio de la revuelta se ha mostrado particularmente violenta hacia los manifestantes, aún no ha intervenido ni perturbado para provocar una reacción por parte del ejército, como algunos temían.
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