La reseña de la prensa francesa del 3 de julio de 2015

Atenienses leen los periódicos en un kiosco de prensa de la capital griega, 3 de julio de 2015. REUTERS/Marko Djurica

Grecia sigue monopolizando las primeras planas de la prensa francesa. Como dice el titular del diario financiero Les Echos, se trata de una votación decisiva para toda Europa. Y todos los dirigentes europeos, con excepción del griego Alexis Tsipras, están haciendo campaña por el sí. De hecho, Les Echos destaca el mensaje del presidente francés a los electores griegos: "Si gana el no, entraríamos en un terreno desconocido", dijo François Hollande.

Este mismo diario subraya, por otra parte, que el FMI acaba de echar más leña al fuego al divulgar un documento en el que se afirma que una reestructuración de la deuda griega es necesaria e inevitable. Un documento que va a electrizar aún más los debates sobre el referendo, comenta Les Echos, recordando que precisamente el gobierno de Tsipras batalla desde hace meses para obtener una reestructuración. En su editorial, este periódico critica a los negociadores europeos por no haber sabido buscar soluciones innovadoras, en lugar de ensartarse en un forcejeo con Atenas. Faltó liderazgo, visión política e imaginación, estima el editorialista del matutino financiero, evocando, por ejemplo, la posibilidad de haber aceptado una moratoria de dos años sobre la deuda griega u obligaciones indexadas sobre el crecimiento del país. En fin, la conclusión de Les Echos es que la unión monetaria europea es un edificio levantado sobre cimientos frágiles, un edificio que cojea.

El conservador Le Figaro, por el contrario, apuesta por el Grexit, ese neologismo con el que se designa últimamente la salida de Grecia de la zona euro. ¿Hay que tener miedo del Grexit?, se pregunta este diario y dice que, en todo caso, nunca como hoy esa posibilidad había parecido tan factible. Le Figaro consulta a varios especialistas sobre las consecuencias para Europa de ese famoso Grexit. Algunos sostienen que no hay que temerle a esa eventualidad porque las empresas y los bancos europeos no están muy expuestos a la deuda griega porque el contagio financiero puede ser contrarrestado y porque el Banco Central Europeo tiene capacidad para mantener bajas las tasas de interés. Pero otros opinan lo contrario. Estiman que el euro se desplomaría, lo mismo que la inversión y el crecimiento. Mejor dicho, que la crisis se agudizaría en toda la zona euro. De modo que   - subraya Le Figaro -  tanto los expertos como los políticos están divididos en cuanto al impacto de una posible salida de Grecia del euro.

El católico La Croix destaca por su parte el ambiente de perplejidad y de angustia que se vive en estos momentos en Atenas. Habla de las dudas y el desconcierto de los electores griegos, enfrentados al dilema de votar sí o no en un referendo cuyas consecuencias son imprevisibles.

Otro asunto muy comentado por la prensa francesa de este viernes es la posibilidad de que se acabe uno de los programas más populares de la televisión, los Guignols de l'Info. Parece, en efecto, que el nuevo dueño del canal de TV Canal Plus quiere ponerle punto final a esta emisión, un programa satírico de marionetas que comentan la actualidad política nacional e internacional, caricaturizando a políticos, artistas y a los principales protagonistas de la información, incluidos los propios periodistas.

El programa, que dura solo 5 minutos y existe desde hace casi tres décadas, es uno de los preferidos de los televidentes,  de modo que la posibilidad de que sea suprimido de la programación a partir de septiembre ha causado revuelo. Varios dirigentes políticos de derecha y de izquierda manifestaron su desacuerdo, se ha hablado de censura, de atentado contra la libertad de expresión, y hoy varios periódicos publican la noticia en sus primeras planas.

"Amenaza a los Guignols", titula, por ejemplo, el vespertino Le Monde. Y Libération asegura que el empresario Vincent Bolloré, nuevo propietario de Canal Plus, no perdona haber sido blanco de las sátiras de los Guignols cuando prestó  su yate a su amigo Nicolas Sarkozy para unas vacaciones, pocos días después de haber sido elegido presidente y antes de tomar posesión de su cargo. "Siete años después, el rico empresario y su amigo todavía no han digerido los sketches de los Guignols sobre las vacaciones de Sarkozy en el yate de Bolloré", escribe Libération, sugiriendo que el ex presidente Sarkozy estaría  detrás de la idea de acabar con el programa.