La reseña de la prensa francesa del 20 de abril de 2015
Primera modificación:
La noticia del nuevo drama ocurrido el pasado fin de semana en el Mediterráneo se impone en las primeras planas de los diarios, como desde hace una semana y como el año pasado. Porque los naufragios de embarcaciones con inmigrantes se han vuelto demasiado frecuentes entre los meses de abril y octubre, cuando las condiciones climáticas son más propicias que en invierno para emprender la travesía desde el continente africano.
Se han vuelto tan frecuentes que el diario católico La Croix habla de "un drama sin fin". Este periódico cuenta cómo ocurrió la última tragedia: el pesquero de 20 metros de largo en el que viajaban cerca de 700 personas estaba en dificultades y cuando un barco portugués se acercaba para prestarle auxilio, centenares de pasajeros se desplazaron hacia un lado y desequilibraron la embarcación que naufragó. "Para comprender por qué centenares de personas pueden ahogarse muy rápido, aun si el mar está en calma y si el agua es relativamente cálida, hay que recordar que la mayoría de esos inmigrantes no saben nadar. Además, desde hace algunas semanas hay muchos niños entre los pasajeros y otros muchos quedan atrapados al fondo de las bodegas", explica La Croix y cita las palabras del Papa Francisco, quien ayer pidió a la comunidad internacional "actuar con decisión y rapidez para que esas tragedias no se repitan".
Sin embargo, el titular del conservador Le Figaro da a entender que Europa es impotente frente a esas tragedias. Pero en su editorial, este matutino opina que la solución consiste en que la Unión Europea pueda obtener mandato de Naciones Unidas para crear una especie de policía marítima frente a las costas libias, "porque allí sería mas fácil obligar a retroceder a las embarcaciones cargadas de clandestinos, arrestar a los traficantes de seres humanos y prevenir por lo tanto las tragedias".
Libération estima, por su parte, que Europa "se engrandecería políticamente" si fuese capaz de mostrar el camino hacia una solución internacional de este problema. "Para colocar frente a sus responsabilidades a quienes iniciaron las guerras en el Medio Oriente, empezando por los Estados Unidos, los gobiernos europeos tienen que salir de su letargo porque, de lo contrario, nos arriesgamos a perder la humanidad, como dijo el jefe del gobierno italiano Sergio Matarella. Lo dijo el sábado por la mañana. Pero desde el domingo las palabras ya no bastan", concluye el editorialista de Libération.
Los diarios franceses dan cifras aterradoras sobre el número de migrantes que han perdido la vida en el Mediterráneo en los últimos años. Como recuerda Libération, la primera oleada fue en octubre de 2013, y en ese mes hubo 366 muertos cerca de la isla italiana de Lampedusa, a raíz del naufragio de un barco que transportaba a 500 migrantes provenientes de Libia.
Según La Croix, en lo que va corrido de este año, es decir un poco menos de cuatro meses, han muerto mas de 1.500 personas y el año pasado fueron aproximadamente 3.400. Le Figaro asegura que en 16 meses 5.500 migrantes han muerto al intentar llegar a Europa, de manera que el Mediterráneo se ha convertido en "la ruta más mortal del mundo".
Libération dice que ya no debería llamarse Mediterráneo sino Mar Muerto. Pero lo cierto es que estas cifras pueden estar por debajo de la realidad, puesto que es imposible saber con precisión cuántas personas han perdido la vida tratando de alcanzar el sueño europeo. No se sabe cuántos eran ni quiénes eran porque tampoco se conocen sus identidades. Como dice un titular de La Croix, el Mediterráneo se ha convertido en "un cementerio de invisibles".
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