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Revista de prensa

La reseña de la prensa francesa del 18 de febrero de 2015

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El Ministro de Economía, Emmanuel Macron (izquierda), y el Primer Ministro, Manuel Valls, en la Asamblea Nacional, el 17 de febrero de 2015, durante la adopción de la "ley Macron", gracias al artículo 49.3 de la Constitución.
El Ministro de Economía, Emmanuel Macron (izquierda), y el Primer Ministro, Manuel Valls, en la Asamblea Nacional, el 17 de febrero de 2015, durante la adopción de la "ley Macron", gracias al artículo 49.3 de la Constitución. REUTERS/Charles Platiau

El primer ministro Manuel Valls es el personaje del día en la prensa francesa. Todos los periódicos publican fotos de su intervención ayer en la Asamblea Nacional, cuando invocó el artículo 49.3 de la Constitución, que permite al gobierno hacer adoptar una ley sin someterla a votación.

"Manu militari", titula el matutino de izquierda Libération y agrega que Manuel Valls tuvo que recurrir a esa medida de fuerza para hacer pasar la ley, tras haber constatado que el ala izquierda de la bancada socialista iba a votar en contra, lo mismo que la derecha. Por lo tanto, el gobierno prefirió no arriesgarse a una votación y sacó lo que el editorialista llama "el arma fatal de los gobiernos minoritarios"; es decir, ese famoso artículo 49.3 de la Constitución.

La consecuencia, en opinión de este diario, es que la mayoría parlamentaria queda muy fragilizada porque se hizo evidente que hay profundas divisiones entre los diputados socialistas que la componen. Sin embargo, Libération asegura que, a diferencia de los parlamentarios, la opinión pública francesa, tanto de derecha como de izquierda, está a favor de la ley, en particular de algunas disposiciones como la simplificación de la licencia de conducir, que en este país no solo es difícil de obtener sino además carísima.

Le Figaro subraya por su parte que el gobierno de Manuel Valls ya no cuenta con una mayoría parlamentaria. "La mayoría se estrella contra la ley Macron", es el titular de este matutino. (La controvertida ley es conocida como la ley Macron porque fue redactada y concebida por el Ministro de Finanzas, Emmanuel Macron). En su editorial, Le Figaro dice que, al recurrrir al artículo 49.3, el gobierno "confesó su debilidad" y el editorialista recuerda con malicia que hace algunos años, cuando un gobierno de derecha hizo exactamente lo mismo, el hoy presidente, François Hollande, dijo que se había cometido una "negación de la democracia".

Además del Primer Ministro, otro personaje de quien se viene hablando en los diarios desde hace dos semanas es Dominique Strauss-Khan, uno de los acusados en el juicio de una presunta red de proxenetismo, que funcionaba en el hotel Carlton de la ciudad de Lille. Durante estas dos semanas, desde que se inició el juicio, la prensa no se privó de revelar ningún detalle sobre las orgías con prostitutas en las que participaba el ex director del Fondo Monetario Internacional, quien nunca negó su afición por ese tipo de fiestas, pero dijo que eran como un "recreo" en medio de su vida frenética, en momentos en que era uno de los hombre más poderosos del mundo.

Pero DSK mantuvo también una línea de defensa, insistiendo en que no sabía que las mujeres que le llevaban sus amigos eran prostitutas y que nunca las pagó. En la medida en que el juicio no permitió demostrar lo contrario, los abogados de la acusación renunciaron a los cargos y ayer el fiscal pidió a los jueces que lo absolvieran. "El fiscal lo defendió mejor que sus propios abogados", comenta la periodista de Libération, que cubre las audiencias, y el reportero de Le Figaro dice que "el fiscal no solo salió en defensa del ex director del FMI, sino que además reprendió a los jueces encargados de la instrucción y se dijo escandalizado por la evocación recurrente de las prácticas sexuales de DSK durante el juicio.

Y para finalizar, un artículo de Le Figaro advierte sobre los peligros de los medicamentos para adelgazar, que cortan el apetito. Algunos de ellos tienen más riesgos que beneficios, explica el periódico y cita como ejemplo un medicamento, llamado Mysimba, que puede afectar el sistema cardiovascular, producir depresión y hasta llevar al suicidio. Ese fármaco está a apunto de ser aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, pero Francia está intentado oponerse, debido a las dudas sobre sus efectos secundarios. En resumen, Le Figaro alerta sobre aquellos productos que además de cortar el hambre pueden cortar las ganas de vivir.

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