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Revista de prensa

La reseña de la prensa francesa del 10 de septiembre de 2014

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El escándalo en Francia del recién nombrado Secretario de Estado que no pagaba sus impuestos, la ausencia de política de inmigración en Europa y las derivas del déficit presupuestario de Francia son noticias que destaca la prensa francesa de hoy.

“Incívico”, en el escueto titular de portada de Liberation sobre la foto del efímero Secretario de Estado Thomas Thévenoud, en la que constata que no pagaba sus impuestos y que encima quiere conservar su escaño de diputado. A pesar de que perjudica al Partido Socialista, al que se acusa de saltarse la ética republicana.

Eric Decouty no se anda con rodeos en el editorial de Libération: el caso Thévenoud es un desastre. Para un hombre que ve de pronto estallar su carrera política y para un poder socialista acorralado desde hace dos semanas por los libros de la que fuera ministra Cecile Duflot y el de la ex compañera del presidente, Valérie Trierweiler, los revoltosos y el reajuste ministerial.

Los problemas con el fisco del efímero secretario de estado, considera Libération, son un desastre para el conjunto la clase política. Una clase política que desde hace décadas parece vivir al ritmo de los escándalos como si fuera impermeable a la ética republicana.

Después de este desastre, apunta Libération, se pueden sacar dos lecciones de esta historia. La institución para la transparencia de la vida política impulsada por François Hollande ha desempeñado su papel de vigía, y el ejecutivo ha actuado sin demora. Pero la eficacia de esta nueva ley no ha evitado nada. Porque la moral pública es ante todo un asunto personal. Una ética. Thomas Thévenoud es el único responsable.

Responsable, concluye Libération, de su inconsecuencia y de los daños causados a su gobierno y a su partido. Debe tomar hoy la única decisión que se impone: renunciar a su escaño de parlamentario y retirarse de la vida y el debate público.

La inmigración ilegal en Europa

Le Monde titula su editorial de portada “Europa sin política ante los flujos migratorios”. Para Le Monde la Unión Europea es el espacio que acoge más inmigrantes del mundo. La presión de la inmigración ilegal alcanza niveles sin precedentes. Muchos factores le ayudan. La guerra que, desde hará pronto tres años, arrasa la trastienda cercano oriental de Europa que hace huir a decenas de miles de irakíes, sirios o libaneses.

Le Monde cita en su editorial al Finacial Times, que publicaba hace poco cifras elocuentes. En agosto, Italia batía un record absoluto: cien mil inmigrantes ilegales en lo que va de año. El record precedente fue en dos mil once con sesenta mil. En los siete primeros meses del año el número de emigrantes ilegales llegados a Grecia ha aumentado en un ciento cincuenta por ciento en relación al año pasado.

Podríamos pensar, apunta el editorialista, que a esta Europa, tierra privilegiada de inmigración, no le queda otro remedio que ocuparse del asunto con urgencia. Pues se equivocan. La cuestión no forma parte de las prioridades de la Unión Europea, que dispone solo de dispares competencias en materia de asilo y de lucha contra la inmigración clandestina. Y no hay solución milagrosa, concluye Le Monde. Hay que decir la verdad. Nadie puede parar la inmigración ilegal. Benéfica o perniciosa esta ahí. Y requiere una política comunitaria prioritaria.

La reducción de los déficits públicos

En Francia las cosas en este terreno no van en el sentido de la reducción. Y de eso se queja la prensa conservadora. “Hollande y Valls en la trampa del presupuesto”, es el dramático titular de portada de Le Figaro, en la que constata que en un contexto económico desastroso, el gobierno, que no quiere aumentar más los impuestos ni reducir realmente los gastos, se dispone a dejar escaparles el déficit público.

Para Gaëtan de Capèle, quien firma el editorial de este diario conservador, ¡es lo nunca visto! Cuando falta menos de un mes para la fecha prevista para entregar el examen, el gobierno esta todavía exprimiéndose las meninges para cerrar el presupuesto para dos mil quince.

Para Le Figaro, a François Hollande no le queda el menor crédito político para “vender” un presupuesto de rigor. ¿Los impuestos? Han agotado a los franceses, al consumo y al crecimiento ¿Los ahorros? En un país agobiado por su administración y sus gastos sociales, el sentido común impone evidentemente acelerarlos y ampliarlos. Solo queda la solución fácil, concluye Le Figaro, la del déficit sin fin, con el que se droga Francia desde hace cuarenta años.

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