La reseña de la prensa francesa del 2 de septiembre de 2014

La vuelta a clases en las escuelas francesas con la polémica de la reforma del ritmo escolar como telón de fondo, el avance de las tropas separatistas en Ucrania y la ducha fría que China ha lanzado a las aspiraciones democráticas de Hong Kong son noticias que destaca la prensa francesa de hoy.

“Vuelta a clases: el desorden de los ritmos escolares” es el inquieto titular de portada del conservador Le Figaro en la que explica que mientras una mayoría de franceses se oponen a la reforma, el ministerio de la Educación asegura que va a aplicarse en todas las escuelas e incluso amenaza a los alcaldes recalcitrantes con “sanciones”. Para Yves Thréard, quien firma el editorial de este diario conservador, esta reforma de ritmos escolares es a la escuela lo que las treinta y cinco horas han sido para el mundo laboral. Su aplicación cuesta muy caro, desorganiza completamente la vida de millones de personas y no mejora en nada el aprendizaje de los niños. Pero como en la reducción del tiempo de trabajo, la izquierda parece querer hacer de la reforma un símbolo de su paso por el poder. Un punto que no se quiere poner en tela de juicio. ¿Por qué tal obstinación? se pregunta el editorialista. Si las treinta y cinco horas de trabajo semanal revelan una tendencia ideológica, los ritmos escolares no son políticamente identificables. Dando libertad a los municipios para que la adopten según sus necesidades, el gobierno daría muestra de sentido común, concluye Le Figaro, sin dar la impresión de traicionar la ortodoxia socialista.

Los rebeldes siguen avanzando en Ucrania, según destaca el católico La Croix en su portada con el titular: “Putin avanza sus peones en Ucrania”, explicando que al multiplicar las referencias a la “gran guerra patriótica” contra la Alemania nazi, el presidente ruso reclama un “estatuto de Estado” para los territorios rebeldes ucranianos. Guillaume Goubert cita en el editorial de este diario católico a un observador que apuntaba hace poco que Vladimir Putin da un paso atrás, pero siempre para dar después dos pasos adelante. Estos últimos meses, confirma el editorialista, el presidente ruso ha dado a entender que estaba dispuesto a aceptar un compromiso. En realidad no ha cesado de mover a sus peones, y hoy ni siquiera lo esconde: el apoyo del ejército ruso a los rebeldes del este de Ucrania es manifiesto y el dueño del Kremlin reclama un “estatuto de Estado” para los territorios que controlan. Mensaje dirigido a los que todavía tenían dudas, apunta La Croix: Rusia no se contentará con la anexión de Crimea como premio de consolación por la pérdida de su autoridad sobre Ucrania. Para los interlocutores internacionales de Rusia, el caso ucraniano es toda una pesadilla. Moscú pisotea un principio fundamental de las relaciones internacionales, es decir, el respeto de fronteras, pero continúa siendo uno de los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Cómo responder en estas condiciones de manera adecuada a las provocaciones de Moscú? Ya que las acciones son un arma de doble filo. Pueden debilitar a Rusia pero también llevar a los rusos a cerrar filas en torno a su presidente. Sin embargo la vía de las sanciones es la indicada ya que una batalla económica, concluye La Croix, es siempre mejor que una escalada militar.

En Hong Kong, las cosas no van tampoco bien para los demócratas. Pekín adopta para Hong Kong un “sufragio universal, restringido y bajo condiciones”, es el casi irónico titular de Le Monde, explicando que los demócratas denuncian un proyecto que excluye a todo candidato que se oponga a China para el puesto de jefe de gobierno de la que fuera colonia británica. En su editorial, Le Monde nos explica las condiciones especiales para los habitantes de la antigua colonia que disfrutan desde 1997, gracias a un estatuto a parte, de libertades públicas y políticas especificas. Pero ahora el partido comunista quiere poner orden, traicionando las promesas hechas a los habitantes de Hong Kong. En particular presentando un proyecto con nuevas normas para el nombramiento del presidente del ejecutivo de Hong Kong. Texto, concluye Le Monde, que asegura el control absoluto de Pekín sobre la isla, acabando con el espacio de libertad singular dejado a Hong Kong después de que Londres devolviera a Pekín esta isla ocupada por el Reino Unido desde mediados del siglo XIX.