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Revista de prensa

La reseña de la prensa francesa del 28 de agosto de 2014

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La foto del primer ministro francés Manuel Valls ilustra hoy casi todas las portadas de los diarios que comentan su presentación ante el empresariado. Después de haber reestructurado el gabinete, el primer ministro asistió ayer a un acto del Medef, la organización patronal de Francia y a su llegada fue ovacionado por los empresarios que lo aplaudieron de pie durante un minuto, según la escena descrita por todos los periódicos. "Los argumentos social-liberales de Manuel Valls sedujeron y tranquilizaron a los patronos", comenta el derechista Le Figaro y anota que, en cambio, el ala izquierda del Partido Socialista está exasperada por el discurso y las políticas impulsadas por el primer ministro. "¿Será que es de derecha este gobierno?" es el titular del izquierdista Libération. En su editorial este diario responde a la pregunta recordando que existe por un lado "la izquierda reformista que acepta las reglas de la economía de mercado y trata de orientarlas en beneficio de los más desprotegidos y la izquierda radical que pretende proponer un proyecto de sociedad alternativo que para algunos es simplemente una quimera, un ideal". El presidente y el primer ministro optaron por lo real y no por el ideal, anota Libération. Algunas páginas más adelante, este mismo diario publica el punto de vista del filósofo Michel Onfray quien opina que en Francia siempre que la izquierda ha llegado al gobierno "deja de ser de izquierda y gobierna como gobierna la derecha liberal cuando está en el poder."

El diario católico La Croix dedica su portada a la guerra en el este de Ucrania. Según su enviado especial hay poco apoyo popular a la causa separatista, los habitantes del este de Ucrania sienten que ésa no es su guerra y los que pueden emigrar lo están haciendo. 350 mil personas han abandonado ya la ciudad de Donetsk que tenía un millón de habitantes. "Los hombres de negocios, los ejecutivos, las familias pudientes se fueron antes de los bombardeos, les siguieron los opositores políticos, asustados por las desapariciones y las detenciones arbitrarias", escribe el enviado de La Croix y afirma que la ciudad está moribunda. "Las pantallas de los cajeros automáticos están apagadas, los almacenes abren a cuenta gotas, los niños ya no juegan en los jardines y por las calles los transeúntes son escasos", cuenta el reportero.

Y a propósito de guerra y destrucción, Libération publica hoy un reportaje muy conmovedor de su enviado especial a Gaza. El periodista describe el ambiente que reina en el barrio de Chajaya, que fue completamente arrasado por el ejército israelí. El reportaje empieza describiendo a una mujer sentada entre los escombros de un hospital para niños autistas. "Hace calor, el polvo vuela, huele a canecas y a podredumbre pero Adala Abouhmedine sigue allí, sentada en una silla de plástico, sin moverse", escribe el periodista y cita las palabras que salen de la boca de la mujer: "¡No entiendo qué pasó! ¡No entiendo por qué nos bombardearon tanto! ¿Qué hicimos? ¿Qué nos querían hacer pagar?" dice ella. Más allá otra mujer Abir, llora al regresar a su casa de donde salió huyendo porque se acercaban las tropas israelíes. Pero no llora al ver algunos muros derribados sino porque descubrió que su casa fue vandalizada por los soldados israelíes, que rompieron los muebles, rompieron el equipo de sonido, dejaron sus excrementos en una de las habitaciones, orinaron en la cocina, rompieron la vajilla, escribieron graffitis en los muros. Un graffiti, escrito en árabe dice: "Maldita tu hermana, maldita tu madre, maldito tu Dios". La mujer le muestra el espectáculo al periodista de Libération y afirma que hicieron eso para humillarlos y hacerles comprender a ella, a su esposo y a sus hijos que no hay futuro en Gaza. Y sin embargo el hijo de 15 años levanta la mirada y asegura que nunca se irá de allí porque esa es su tierra.
 

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