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Francia hoy

Francia, objetivo terrorista

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No se trata de la primera vez que Francia es el blanco de atentados. Sin embargo, el terrorismo ha evolucionado en los últimos años para convertirse en una amenaza interna, marcada por la radicalización de jóvenes franceses enrolados en una red global.

Minuto de silencio frente al bar 'Le Carillon' y al restaurante 'Le Petit Cambodge', este 16 de noviembre de 2015.
Minuto de silencio frente al bar 'Le Carillon' y al restaurante 'Le Petit Cambodge', este 16 de noviembre de 2015. REUTERS/Pascal Rossignol
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El 17 de septiembre de 1986 explota una bomba delante de un comercio en la parisina Rue de Rennes. Resultado: 7 muertos y 55 heridos. El ataque será reivindicado por un grupo tras el que se esconde el Hezbolá libanés.

El 25 de julio de 1995 explota una bomba en la estación de trenes de cercanías Saint-Michel, en el centro de la capital francesa. Resultado: 8 muertos y 117 heridos. El Grupo Islámico Armado (GIA) argelino reivindica el ataque.

En marzo de 2012, Mohamed Merah mata a 7 personas en Toulouse: 3 militares y 4 civiles, de los cuales 3 niños. El joven franco-argelino actúa en nombre de Al Qaeda.

En enero de 2015, 17 personas, entre ellas caricaturistas del semanario Charlie Hebdo, pierden la vida a manos de los hermanos Kouachi y de Coulibaly.

Hasta este 13 de noviembre de 2015: un viernes negro, en el que fueron atacados bares, restaurantes, los alrededores del Estadio de Francia y el Bataclan, una sala de conciertos. Francia acaba de sufrir los peores atentados terroristas de su historia: unos 130 muertos y más de 350 heridos. El ataque es reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico. Por primera vez se trata de atentados suicidas. Algunos de los autores son jóvenes franceses radicalizados y entrenados.

Una red global, difícil de combatir

Para Riva Kastoryano, investigadora del Centro Internacional de Investigaciones del Instituto de Ciencias Políticas de París, Francia se enfrenta a un tipo de atentados de una naturaleza completamente diferente: "La diferencia es que estamos ante una red global. Los atentados de los 80 y 90 estaban más ligados a un partido político de un país. Los atentados de ahora están perpetrados por una red en la que los autores son gente que han nacido y que han crecido en Francia, que tienen la nacionalidad francesa".

Los analistas apuntan a que una de las causas de su radicalización es la falta de integración. Cosa que ha sabido aprovechar muy bien el Estado Islámico para captarlos como combatientes dispuestos a atentar en su propio país. Maurice Vaïsse, profesor de Historia en el Instituto de Ciencias Políticas y autor de La guerra en el siglo XX, asegura que por ello Francia es más vulnerable que otros países: "Estamos ante una verdadera lucha interna, en el interior de la sociedad francesa. Francia es más vulnerable que otros países porque hay mucha gente de origen magrebí y subsahariano, y porque su integración ha sido un fracaso, y hoy vemos las consecuencias".

En los atentados del 13 de noviembre, había también franceses que vivían en Bruselas, en el municipio de Molenbeek. Riva Kastoryano asegura que la organización en red es muy difícil de combatir: "Creo que los servicios de inteligencia se esperaban que algo iba a ocurrir pero no sabían de donde vendría. No se esperaban que fuera la conexión de Bruselas, no sabían dónde, tampoco sabían cuándo. Creo que estamos en guerra, Occidente está en guerra, pero es una guerra muy complicada".

La radicalización de jóvenes franceses

Jean-Paul Ney conoce muy bien el tema. Profesor de boxeo durante años en suburbios marginados de París, es periodista y autor del libro ¿Por qué hacen la yihad? Investigación sobre la Generación Merah. Nos explica cómo los jóvenes son seducidos por el espejismo de la revolución del Estado Islámico y son capaces de atentar contra sus propios compatriotas: "Cuando tienes 20 años, quieres hacer la revolución, y tienes enfrente de ti 'the last stream', el Estado Islámico. El problema es que no hay intelecto en el Estado Islámico, todo es violencia, manipulación, mentira, porque sus jefes no son para nada islámicos. Son los jefes militares de Saddam Hussein, y ahora se vengan de lo que los estadounidenses han hecho en Irak".

"Lo que explica que jóvenes franceses se convierten en terroristas, es que socialmente no tienen futuro", prosigue. "Hace treinta años que no hemos integrado a los hijos de estos marroquíes, argelinos... Tenemos a miles de jóvenes que no se sienten franceses".

En Francia hay 11.000 jóvenes potencialmente peligrosos, que tienen un "fichero S". ¿Cómo determinar quién pasará o no a la acción? ¿Y cómo atajar la radicalización islamista? "Se tiene que hacer dos guerras: la primera será la lucha contra la droga y contra las redes islámicas, y la segunda será cultural y social", concluye Jean-Paul Ney.

Entrevistados: Riva Kastoryano, investigadora del Centro Internacional de Investigaciones del Instituto de Ciencias Políticas de París, Maurice Vaïsse, profesor de Historia en el Instituto de Ciencias Políticas y autor de La guerra en el siglo XX, y Jean-Paul Ney, periodista y autor del libro ¿Por qué hacen la yihad? Investigación sobre la Generación Merah.

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