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Francia hoy

Air France: aterrizaje de emergencia

Primera modificación:

La compañía aérea bandera de Francia, Air France, busca un plan para ganar competitividad en un mercado donde las empresas del Golfo y las compañías de bajo coste han copado el espacio y desplazado a uno de los gigantes históricos del transporte aéreo. Los planes de la dirección: despidos y recorte de flota y líneas, que han levantado la ira de una parte de los trabajadores. Algunos de ellos llegaron incluso a agredir a los directivos el pasado 5 de octubre en una reunión en la que se oficializó la supresión de 2.900 puestos de trabajo.

Reuters/Gonzalo Fuentes
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Las imágenes espectaculares de los directivos Pierre Plissonnier y Xavier Broseta huyendo descamisados de la sede de Air France después de que un grupo de sindicalistas irrumpiera en una reunión el 5 de octubre dieron la vuelta al mundo. En la reunión se había oficializado la supresión de 2.900 empleos de los 64.000 que cuenta la empresa, el recorte de varias líneas y la jubilación de 14 aviones.

Llevamos ya meses de conflicto y de negociaciones estériles sobre todo entre la dirección y los pilotos que se niegan a volar más horas sin contrapartida salarial. "Desde el principio decimos que estamos dispuestos a negociar algo que permita que la compañía vuelva a tener crecimiento, que le permita volver entre los números unos. Ésta es la esencia de nuestro plan. Ésa era la esencia de nuestro plan llamado A. Pero después del fracaso de las negociaciones, o yo diría de las no negociaciones, hemos tenido que pasar a un plan de reestructuración. Ahora bien, si los sindicatos están dispuestos a negociar de verdad, sobre todo el sindicato de pilotos, pues la puerta está abierta", explica Alexandre de Juniac, presidente de Air France.

La desconfianza reina entre dirección y empleados. Dos días después del anuncio de los despidos, el semanario satírico Le Canard Enchaîné revelaba que la dirección tiene planeado suprimir 5.000 puestos más en 2017, o sea en total 8.000 supresiones en dos años. Los sindicalistas se habían hecho con unos documentos confidenciales que así lo proyectaban. La empresa lo desmintió pero para Miguel Fortea, secretario general del sindicato CGT en Air France, no hay dudas: "Lo que anuncia Le Canard Enchaîné corresponde a nuestros cálculos. Ayer la dirección de Air France hizo un comunicado para desmentir la cifra de 5.000. Ha indicado que después del 2017, no había ningún plan escondido. Para nosotros, esto confirma que efectivamente en 2017 se suprimirán lugares de trabajo, aunque la cifra de 5.000 de momento es una estimación".

Para Jorge Peñalba, director de la revista Avion Revue, la situación está en un impasse que sólo podrá desbloquearse si hay pasos por ambas partes: "En algún punto tiene que negociarse, llegar a la violencia es algo muy extremo. Habría que evaluar tanto por parte de los sindicatos como por parte de la empresa qué fue lo que no funcionó".

El Estado francés tiene el 17% del capital de la empresa y más de un tercio del voto en el Consejo de Administración. Para el primer ministro, Manuel Valls, las reformas en Air France son vitales para que siga existiendo y el primer ministro responsabiliza directamente a los pilotos del problema. Jorge Peñalba afirma que estamos ante un cambio de paradigma debido a la necesidad de rentabilidad: "Lo que ha cambiado desde que se fundaron estas compañías es que cumplían un servicio para el país, y en este momento tienen que pasar a ser un negocio, y como negocio tienen que ser rentables. Entonces la función del piloto es algo más que hacer volar el avión, es hacer que sea rentable, y es un cambio importante".

Lejos queda ya la época en la que Air France era un referente del transporte aéreo de calidad. Éste es el último capítulo de un conflicto que se remonta a principios de los años 2000. La compañía aérea bandera de Francia fue privatizada en 1999 después de unos años en números rojos. En 2003 se alió con la compañía holandesa KLM y apostó por la clase de negocios y una clientela con dinero.

La crisis financiera y sobre todo la irrupción en el mercado de las compañías de bajo coste, las low cost, han hecho que la compañía no acabe de despegar. Air France ya ni siquiera es primera de la clase en París donde reinan las low cost Easyjet y Ryanair, entre las que su filial de bajo coste Transavia que nació demasiado tarde, en 2007, no consigue imponerse. En la clase business, le ha ganado la partida las empresas del Golfo. "Al final el modelo que ha triunfado es el modelo 'low cost', por suerte o por desgracia. Lo que tiene como contrapartida es el nivel de servicio para los pasajeros, que se ve deteriorado por el modelo. A nivel productivo para la viabilidad de la compañía, a lo mejor tiene muy buenos resultados", sostiene Enrique Gavilán, director del periódico Aviación Digital.

Air France ya ha aplicado varios planes de ajuste y ahora ya tiene beneficios pero la deuda que arrastra de unos 5.000 millones de euros es un lastre para su competitividad, según la dirección. Si de algo ha servido este arranque de cólera es para que ambas partes se sienten de nuevo a negociar. Philippe Evain, el presidente del Sindicato Nacional de los Pilotos de Línea, cuenta que el clima fue "muy cortés. Se trataba de una primera toma de contacto que se ha desarrollado perfectamente. Espero que haya otras reuniones. Se trata de poner las bases de las condiciones de una negociación fructuosa y serena". Los pilotos están ahora dispuestos a hacer un esfuerzo. Podrían incluso trabajar más pero no a cualquier precio.

Aparte del conflicto en sí, tanto la compañía como el Estado están preocupados por la imagen que ha dado de Francia. Cinco días después de los enfrentamientos, la dirección de Air France inundó las redes sociales con una campaña de publicidad, en la que el director de Recursos Humanos, Xavier Broseta, esta vez con una camisa, asegura que "lo que vieron el lunes 5 de octubre, no es la verdadera cara de Air France. Francia es esto, nosotros y Air France es para ustedes", y seguidamente una serie de empleados repiten lo orgullosos que están de trabajar en ella. No están, sin embargo, los cinco empleados detenidos por el estallido de violencia del 5 de octubre.

Entrevistados: Alexandre de Juniac, presidente de Air France, Miguel Fortea, secretario general del sindicato CGT en Air France, Jorge Peñalba, director de la revista Avion Revue, Enrique Gavilán, director del periódico Aviación Digital, y Philippe Evain, presidente del Sindicato Nacional de los Pilotos de Línea (SNPL).
 

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