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Francia hoy

Vigésimo aniversario de la moderna Biblioteca Nacional de Francia

Primera modificación:

La Biblioteca Nacional de Francia "François Mitterrand" está cumpliendo veinte años. Se encuentra situada en un sector de París donde domina la arquitectura de vanguardia, un nuevo polo cultural de la capital francesa. Con motivo de este aniversario, RFI visitó sus instalaciones en el distrito 13 de la ciudad. La función fundamental de la institución, como Biblioteca Nacional, es la realizar el depósito legal y almacenar todo lo publicado en Francia.

La Biblioteca Nacional de Francia, en París.
La Biblioteca Nacional de Francia, en París. AFP/Loïc Venance
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Comenzamos por recorrer los sótanos de este gigantesco edificio, ubicado a orillas del  Sena. Allí, la sección de registro legal de libros acoge cada mañana cientos de volúmenes y revistas. Procedentes de los cuatro rincones de Francia, llegan por camiones e inician un largo camino en un laberinto de hormigón.

Más de 100 empleados se encargan de abrir los paquetes y sobres, de clasificar y catalogar la totalidad de lo que se publica diariamente en el país. Eric Martelly dirige el equipo: "El depósito legal se caracteriza por la diversidad de obras que recibimos. Para que tengan una idea, recibimos desde revistas pornográficas hasta obras religiosas, pasando por libros técnicos, de enseñanza superior, libros infantiles, libros objetos o manuales deportivos. Aquí, por ejemplo, en esta caja, tenemos un libro sobre el rugby, otro sobre las locomotoras a vapor del este de Francia ... toda la diversidad del mercado editorial francés. Recibimos de todo ...  Oficialmente, registramos 80.255 libros el año pasado".

Una tradición multisecular

Después de pasar por esta etapa, los libros se distribuyen en los 400 kilómetros de pasillos de la biblioteca. La BNF, como la llaman los parisinos, es un conjunto de cuatro torres de 22 pisos en forma de libro abierto, bautizadas con los nombres de las grandes areas del saber: la Torre de las Leyes, la Torre del Tiempo, la Torre de los Números y la Torre de las Letras.

En su despacho, con una vista panorámica de París, Sylviane Tarsot Gillery, la directora, se refiere a las características y funciones de la biblioteca: "Aquí tenemos catorce millones de documentos impresos. En total, si tomamos en cuenta todos los documentos, consideramos que poseemos alrededor de cuarenta millones de objetos; porque aquí no hay solo libros y manuscritos, también tenemos discos, partituras, fotografías, postales y decorados de teatros. El objetivo es conservar la memoria de la cultura, de la producción cultural e intelectual francesa y también de otras culturas. Hay fondos bibliográficos chinos, coreanos y árabes. Históricamente, desde 1537, el rey François 1° decidió que todas las publicaciones francesas debían ser registradas en la Biblioteca Nacional de Francia."

Entre los millones de documentos almacenados, la BNF posee 200.000 libros considerados de alto valor, como los manuscritos del poeta Charles Beaudelaire o los grabados personales de Picasso. Este fondo contiene también algunas de las primeras obras impresas en el mundo, como las Biblias de Gutenberg.

Para acceder a este tesoro literario, hay que cruzar varias puertas blindadas, que Jean-Marc Chatelain, conservador en jefe de esta colección excepcional, abrió especialmente para RFI. Nos recibió en una sala protegida del enemigo implacable de los libros, la humedad: "Del libro que seleccioné aquí, para enseñárselo, solo existen siete ejemplares en el mundo. Es incluso más raro que la Biblia de Gutemberg, de la que se conocen unos cuarenta ejemplares en el mundo. Es un libro muy importante por su impacto. Y no tanto por su tamaño, porque, como lo puede ver, solo tiene cuatro pliegos. Se imprimió en París en 1594. Es la primera edición parisina de la carta en la que Cristobal Colón anuncia su descubrimiento de las nuevas islas. El título está en latín. Esta carta fue publicada primero en Roma y muy poco tiempo después en París. Y lo que le presentamos es la edición parisina."

El ejemplar de Napoleón 1ro

Las cajas fuertes de la BNF contienen también libros que se destacan por la calidad de su material. Un código civil francés, que perteneció a Napoleón Bonaparte, es uno de los orgullos del conservador: "Este ejemplar fue realizado con una encuadernación extraordinaria. Es la segunda edición del Código Civil. Después de la proclamación del imperio de Napoleón, se reescribieron algunos puntos del Código Civil. Y este ejemplar fue destinado a Napoleón 1°. Presenta particularidades en cuanto al material: no se trata de papel, sino de piel de ternero de excelente calidad. Y para poner de manifiesto el respeto y la obediencia al emperador, se realizó una suntuosa encuadernación de terciopelo con los emblemas del imperio, bordados."

Si este libro de 200 años ha atravesado el tiempo para llegar a nuestras manos en perfecto estado, ha sido gracias a la calidad del papel utilizado en aquella época. Posteriormente, con el uso cada vez más frecuente de productos químicos, se redujo la resistencia de los libros. Y para luchar contra los estragos del tiempo, un equipo de restauradores trabaja a tiempo completo. En la mesa de su taller vemos una maqueta de papel de la Opera de París y una Biblia armenia ilustrada del siglo XIV, que necesita una limpieza con pincel. Se trata de quitar el polvo y los eventuales hongos acumulados en las páginas.

Restauración del manuscrito de Víctor Hugo

En otra mesa, Isabelle Miette saca de una caja gris el manuscrito de una famosa novela de Víctor Hugo: "Aquí tenemos el manuscrito de Los Miserables de Víctor Hugo. Es el manuscrito original que sirvió para la edición. El primer tomo ya ha sido restaurado. Y el segundo tomo, como puede verlo, necesita una restauración, puesto que la encuadernación se partió en dos. Y las páginas están muy deterioradas. Este manuscrito data de 1862-1863, y permite ver la manera cómo Víctor Hugo trabajaba. Escribía en hojas de papel azul, que dividía en dos partes; escribía únicamente en la parte derecha y la parte izquierda servía para las anotaciones y las correcciones. Lo interesante para el  investigador que consulte este manuscrito es que puede ver todas las correcciones y  lo que no aparece en el texto editado. La otra especificidad es la tinta utilizada: Hugo, como muchos escritores de su época, fabricaba su propia tinta. Esta tinta contenía hierro y se oxida al contacto de la humedad. En algunas partes el papel ha sido carcomido por la tinta".

Nuestro recorrido de la BNF continúa en las inmensas salas de lectura reservadas a los investigadores. Estas salas rodean a un jardín central cerrado, donde crece una jungla desordenada de diferentes especies vegetales, que contrasta con el orden reinante en la biblioteca. En este confortable templo del saber reina una silencio absoluto.

Entrevistados: Sylviane Tarsot Gillery, directora de la Biblioteca Nacional de Francia; Eric Martelly, jefe de la sección de clasificación; Jean-Marc Chatelain, conservador en jefe; Isabelle Miette, restauradora; Paul Baudry, usuario de la biblioteca.

Realización del audio: Mathias Barret.

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