Un reciente informe del INSERM, Instituto de Investigación Médica y de Salud de Francia, estima que entre 10.000 a 20.000 muertes anuales podrían atribuirse al aumento del desempleo en el país. Entre 2008 y 2010, quinientos ochenta y cuatro suicidios se deberían al aumento del desempleo, aunque el suicido, según el estudio, sería solo la parte visible del iceberg.
En Francia, como en muchos otros países, la crisis ha agravado el panorama laboral. Se calcula que cerca de tres millones setecientas mil personas no tienen trabajo, una situación que, además de su impacto económico, tiene efectos directos sobre la salud.
Un reciente estudio del INSERM, publicado por la revista Archives of Occupational and Environmenthal Health, revela una importante sobremortalidad entre las personas sin empleo. Entre 1995 y 2007, el científico Pierre Meneton siguió a 6.000 voluntarios de 35 a 60 años de edad para observar los efectos del desempleo sobre el sistema cardiovascular y la mortalidad global.
Según las conclusiones, la tasa de sobremortalidad de los desempleados es tres veces superior a la de aquellos que tienen empleo.
Entrevistado: Pierre Meneton, investigador del INSERM, autor del informe.
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