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Francia

Chefs franceses le dicen ‘no’ a la violencia en la cocina

Varios cocineros franceses pidieron poner fin al silencio que rodea las pequeñas violencias cotidianas consideradas como “ritos iniciáticos” contra el personal de cocina. Esta forma de acoso es sobre todo psicológica, pero también puede tomar formas físicas, como golpes y quemaduras intencionales.

Una imagen de la película Ratatouille.
Una imagen de la película Ratatouille. DR.
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Es un llamado a romper un tabú: el acoso a los “pinches” de cocina, los jóvenes que empiezan a trabajar detrás de las hornallas y son sometidos a pequeñas y grandes humillaciones, a veces a hasta violencia física.

Para poner fin a estas prácticas, cinco miembros del exclusivo club de los “mejores artesanos de Francia”, entre ellos el cocinero Gérard Cagna” y el chef del palacio presidencial del Elíseo, Guillaume Gómez, firmaron un manifiesto.

Los cocineros piden poner fin a la "ley del silencio" que según ellos encubre actos "indignos de la profesión".

Gerard Cagna, que en 2005 cedió su restaurante a sus hijos y devolvió las dos estrellas de la guía Michelin, exhortó "a todos los grandes chefs franceses a repudiar formalmente la violencia".

"Hoy la profesión necesita una verdadera ética en la materia", advirtió.

El caso que puso al descubierto el tabú del acoso en la gastronomía francesa tomó estado público en abril pasado, cuando el sitio de información Atabula denunció un incidente ocurrido en el restaurante Pré Catelan (tres estrellas Michelin), donde un aprendiz de cocina había sido "quemado intencionalmente en los brazos" por un miembro del equipo.

El responsable perdió su puesto, mientras Franck Pinay-Rabaroust, jefe de redacción de Atabula, cuenta que recibió cientos de correos electrónicos agradeciéndole por haber denunciado el problema.

Los comportamientos violentos seexplican por un medio "muy masculino y muy joven". "Hay una pugna por ascender, los grandes chefs están cada vez más ausentes de sus cocinas y son por lo tanto los adjuntos quienes deben imponer su autoridad y demostrar quién es el más fuerte: hay mucha testosterona en todo esto", explica.

Estos “ritos iniciáticos” no sólo tienen lugar en Francia. En Gran Bretaña, el mediático chef James Martin contó a la prensa que cuando comenzó a trabajar en Londres, a los 17 años, un chef le había partido dos costillas y la clavícula porque le había salido mal una crema inglesa.
 

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