En París una protesta pro-Palestina termina con disturbios
Había sido prohibida por las autoridades, por temor a que los manifestantes se salieran de control, como ya había pasado en días anteriores. Cerca de 70 personas fueron detenidas, acusadas de causar destrozos.
Primera modificación:
El gobierno francés la había prohibido temiendo los desbordes de días anteriores, aunque el miércoles pasado otra manifestación, esta vez autorizada por las autoridades, terminó sin mayores incidentes.
La de este sábado no despertó la confianza del gobierno galo. Los organizadores no se mostraban capaces de contener posibles excesos de los manifestantes, esas fueron las razones dadas por el Palacio del Eliseo. Pero a pesar de la prohibición cientos de personas se dieron cita en una de las principales arterias de la capital francesa.
‘Israel fuera de Palestina’, ‘Israel asesino, Hollande cómplice’, ‘Somos todos palestino’". Estos eran algunas de las pancartas que se agitaban en la Plaza de la República al oeste de París, durante una manifestación pro-Palestina que degeneró causando algunos destrozos y el arresto de alrededor de 70 personas.
Algunos de los manifestantes arrojaron piedras contra los policías presentes que respondieron lanzando gases lacrimógenos. La calma volvió luego de una hora y media de enfrentamientos que dejó como saldo algunos vidrios rotos. Dos periodistas de una cadena de noticias francesa fueron agredidos por los participantes que tiraron su cámara al piso.
De acuerdo a los organizadores fueron más de 10.000 personas las que se acercaron para denunciar los bombardeos israelíes sobre Gaza.
Para la policía fueron 5.000 quienes desafiaron la voluntad del gobierno francés que no otorgó la autorización necesaria para organizar la manifestación.
El 13 de julio pasado una marcha pro-Palestina, esa vez autorizada, también terminó con destrozos en la capital francesa y sus alrededores, incluyendo algunos ataques a sinagogas y a comercios tradicionales judíos. El día después el presidente francés François Hollande había dicho que no se podía permitir importar en Francia el conflicto israelí-palestino.
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