El ultranacionalista Front National se perfila como el principal partido de Francia

Un sondeo divulgado este miércoles por el semanario Le Nouvel Observateur indica que la formación liderada por Marine Le Pen reúne más intenciones de voto que el Partido Socialista en el poder y la derecha republicana de cara a las elecciones europeas de mayo de 2014. El estudio demuestra que la estrategia de la heredera de Jean Marie Le Pen de normalización del partido funciona y redibuja la relación de fuerzas políticas.

Marine Le Pen. REUTERS/Jean-Paul Pelissier

Por primera vez, una encuesta sobre una elección celebrada a nivel nacional augura un triunfo del Front National (FN), la sulfurosa formación xenófoba dirigida por hoy Marine Le Pen, hija y heredera política de Jean Marine Le Pen. Según una encuesta publicada el miércoles por el semanario de centro-izquierda Le Nouvel Observateur, el FN obtendría el 24% de los votos, dos más que la derecha republicana del UMP y cinco más que el Partido Socialista en el poder.

De este modo, Marine Le Pen ve cumplirse su sueño de “desdiabolización” del FN, que abandona su eterna posición de marginal en el juego político. Si durante el reinado de su padre, éste supo federar todas las corrientes de la extrema derecha para convertirse en un partido testimonial pero sin voluntad real de ejercer el gobierno, Marine Le Pen está operando el cambio para que el FN pueda llegar al poder.

En el análisis del ascenso de la extrema derecha -un término que Marine Le Pen recusa por estos días-, Le Nouvel Observateur señala que el FN progresa, como en otras épocas, gracias a las deserciones de los electores de la derecha republicana. Pero lo novedoso, es que también recibe intenciones de voto del centro y de quienes apoyaron al socialista François Hollande en las últimas presidenciales.

La confusión entre los electores ecologistas, que no se conforman con un partido verde que no logra influir al gobierno al que pertenece, y la escasa convocatoria de la extrema izquierda también ayudan al FN.

En cuanto a las categorías que la apoyan, la extrema derecha cuenta hoy con la simpatía de uno de cada dos obreros franceses y, más novedoso, la tercera edad, que antes la apoyaba menos que la media nacional, ahora se vuelca al FN.

Aún falta mucho para las elecciones de mayo de 2014 y el sondeo es apenas una foto en la línea de largada de los candidatos. Sin embargo, la encuesta da cuenta de una dinámica de fondo que redistribuye las cartas de la política francesa con un nuevo e inquietante protagonista.