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Francia

La cuarta gala de la Comédie- Française: el sueño de una noche de verano

Casi cien años ha tenido que esperar Francia para volver a bailar en la Comédie-Française. Esta joya del teatro nacional, que despierta en medio de una crisis económica, acercó el jueves a personas de todo el mundo en una gala para recaudar fondos y salvar su prestigio. El futuro del teatro, que se alberga en esta casa desde 1680, dependerá de si los donadores siguen considerándolo como uno de los patrimonios más importantes que tiene la cultura francesa.

La Escalera de Honor, dibujo de H. Scot.
La Escalera de Honor, dibujo de H. Scot. © coll. Comédie-Française
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Por Ximena Ampudia

No fue con simples flores, cócteles y música como la Comédie Française recibió a sus invitados. En la noche del jueves, la casa Molière puso la seducción en escena para ganar las palmas de un público exigente cuando se trata de glamour. A partir de las 19h30, los 500 invitados de Muriel Mayette, directora de la Comédie, llegaban a la cuarta gala organizada por el teatro desde su creación en 1717.

Música de orquesta, ramos de flores seleccionados meticulosamente, y 28 maîtres d’hôtel sirviendo cócteles «Molière », fue así como la casa del teatro comenzaba su gala de sueños el jueves por la noche. Apadrinada por el periodista Stéphane Bern y la actriz Carole Bouquet, la fiesta abrió las puertas del Comité y de Mounet-Sully, salas prohibidas al público general, y subastó el vestido en crinolina rojo usado por la actriz Françoise Seigner en la obra La Poudre aux yeux.

Patrick Blaubre, secretario de la Comédie, explica que la idea de organizar este encuentro, casi un siglo después del último, «nació en septiembre, cuando supimos que el Estado iba a recortar la subvención de 25 millones de euros en 1% durante 3 años ». Los fondos recaudados con las donaciones y las entradas, pagadas entre 340 y 600 euros, permitirán al teatro financiar la calidad que le reconoce.

La Comédie–Française es el único teatro de Francia que cuenta con su propia compañía de actores. Se le conoce también con el sobrenombre Casa Molière por la relevancia que tuvo el dramaturgo en su creación. Uno de los aspectos que le han otorgado mayor prestigio es el numeroso repertorio de clásicos que guarda, entre los que figuran obras de Victor Hugo, Racine, Molière y Alejandro Dumas.

Con la llegada de Muriel Mayette, primera mujer en llevar la dirección, el teatro pasó por una fuerte renovación. Comenzaron a filmarse películas con los actores y a comercializarse DVDs de piezas teatrales. Sin embargo, los intentos por mantener las finanzas estables no fueron suficientes y la crisis económica, que fuertemente ha golpeado al sector cultural, empujó al teatro a tomar medidas extremas. Pagar 50.000 euros para organizar esta 4° gala fue quizás un riesgo para la Comédie-Française, pero si la apuesta sale bien, el posible beneficio de fidelizar a algunos donadores traerá ganancias de millones de euros.
 

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