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Francia

Los franceses desconfían de los cursos universitarios en inglés

La presentación este 21 de mayo de un proyecto de ley sobre la enseñanza superior que prevé desarrollar cursos en un idioma extranjero, sobre todo el inglés, desata un acalorado debate ya que muchos estiman que esto puede perjudicar al francés. Fueron convocadas manifestaciones de protesta.

La ministra francesa de la Enseñanza Superior y la Investigación, Geneviève Fioraso.
La ministra francesa de la Enseñanza Superior y la Investigación, Geneviève Fioraso. Jacques Demarthon/AFP
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Del proyecto de ley sobre la enseñanza superior que presentará este miércoles el Gobierno socialista francés lo que ha suscitado las protestas y el rechazo de algunos sectores es el artículo 2 que prevé autorizar que en las universidades se impartan cursos en idiomas extranjeros, en particular el inglés. Sindicatos, académicos, intelectuales, la Academia Francesa y varios diputados socialistas son reacios a la medida.

La ley actual estipula que la lengua de enseñanza en la educación superior es el francés pero prevé numerosas excepciones las cuales no benefician, sin embargo, al conjunto de las universidades, sino exclusivamente a las Grandes Escuelas (Grandes Écoles), los centros universitarios públicos de excelencia.

La intención del gobierno es ampliar estas excepciones a la enseñanza universitaria en general a fin de atraer a un mayor número de estudiantes extranjeros. El objetivo es elevar la proporción de estudiantes extranjeros de un 12% a un 15% de aquí a 2020, según explicó la ministra de la Enseñanza Superior, Geneviève Fioraso.

En Francia se imparten actualmente 790 formaciones en lengua extranjera, principalmente en inglés, recuerda Fioraso, quien resalta “la hipocresía” de los detractores del proyecto de ley que parecen olvidar que desde hace quince años los cursos universitarios en una lengua distinta al francés son una realidad.

El argumento es respaldado por Pierre Tapie, presidente del organismo que reúne a los prestigiosos centros de enseñanza superior (la “Conférence des Grandes Écoles), para quien el artículo 2 lo que hace es “normalizar lo que ya se venía haciendo”. Además, los diputados modificaron ligeramente en comisión el dispositivo haciendo que la enseñanza sólo pueda impartirse “parcialmente” en una lengua extranjera y deba ir acompañada del aprendizaje el francés.

Pero aun así, la inminente entrada del inglés a las universidades sigue enfrentando la resistencia de varios sindicatos que piden el retiro del proyecto porque lo juzgan “inaceptable” y han convocado una huelga y manifestaciones para este miércoles. Un diputado socialista denunció una “forma de abdicación”, punto de vista al que se sumaron otros cuarenta diputados oficialistas. La Academia Francesa también pidió el retiro del proyecto así como varias personalidades, entre otros, el periodista y cronista literario Bernard Pivot.

“Si dejamos que el inglés se introduzca en nuestras universidades, si lo dejamos solo nombrar la ciencia y el mundo moderno, entonces mutilaremos el francés, lo empobreceremos. El francés se convertirá en un idioma banal o, peor todavía, en una lengua muerta”, dijo Pivot.

La ministra Fioraso aclaró sin embargo que el gobierno quiere luchar contra “las desigualdades existentes” entre universidades y Grandes Escuelas. Además recordó que “la francofonía no es el repliegue sobre sí mismo; es atrayendo a los estudiantes de países emergentes que podremos aculturarlos a nuestros valores”.

Para sacar esta iniciativa adelante, el gobierno socialista puede contar con el apoyo de algunos pesos pesados de la derecha, entre otros, el presidente de los parlamentarios del conservador UMP Christian Jacob y el ex ministro de Educación de Sarkozy, Luc Chatel.

 

 

 

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