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Francia

Jean-Luc Melenchon y la polémica arma de la invectiva

Jean-Luc Melenchon justifica sus invectivas diciendo que ‘sin ellas, las ideas no tienen eco’. El líder de la izquierda radical ha calificado a Hessel de ‘momia’ y a los periodistas de ‘títeres'. Recientemetne fue acusado de antisemitismo por decir que el ministro de Economía Moscovici ‘sólo piensa en el idioma de las finanzas internacionales’.

Jean-Luc Mélenchon, el líder de la izquierda radical francesa, ex candidato presidencial.
Jean-Luc Mélenchon, el líder de la izquierda radical francesa, ex candidato presidencial. Reuters
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Los que conocen su admiración por Hugo Chávez podrían pensar que el ex candidato presidencial de la extrema izquierda francesa Jean-Luc Melenchon está imitando a su mentor latinoamericano al multiplicar las diatribas. En realidad, el talentoso orador tiene un antecedente en Francia: el comunista Georges Marchais (1920-1997), famoso porque sólo contestaba las preguntas que él quería.

Sea quien sea su modelo, Melenchon ha convertido la invectiva en una eficaz arma política que utiliza contra sus rivales naturales, los conservadores, pero también contra aquellos que están más cerca de la izquierda radical que él representa, los socialistas, actualmente en el poder.

El actual ministro de Economía, Pierre Moscovici, fue blanco de uno de sus últimos ataques. El 24 de marzo, Mélenchon acusó a Moscovici de “comportarse como alguien que no piensa en francés, sino en el idioma de las finanzas internacionales”. Una declaración luego de que el secretario nacional de su partido, el Frente de Izquierda, François Delapierre, había tratado a Moscovici de cabrón (“salopard”) por haber sido uno de los responsables del acuerdo para el rescate financiero de Chipre. Mélenchon fue acusado de antisemitismo pues Moscovici es de origen judío.

Mélenchon estuvo en la radio France Inter este martes 26 de marzo relativizando la gravedad del insulto de su copartidario e ironizando sobre “la piel sensible de la sociedad conformista”, incapaz según él de soportar el duro lenguaje de la realidad. Mélenchon también reprochó al partido socialista de esgrimir la acusación de “antisemitismo” con el propósito de “acallar el debate sobre la responsabilidad del ministro en el caso de Chipre”.

La entrevista a esa radio pública también fue una tribuna para que Mélenchon despotricara sobre los periodistas, a los cuales trató de “títeres”, “cabritos” y “animadores de pacotilla fáciles de manipular”. También les reprochó no haberse interesado en “ningún texto y ningún razonamiento del congreso” de su partido.

Mélenchon también se refirió a Stéphane Hessel, autor del panfleto “¡Indignaos!”, al que llamó “una momia”. Melenchon ridiculizó a los socialistas por el homenaje que le rindieron con “incienso y palmas” tras su fallecimiento, en particular por pedir que la gente se indigne pero “con el lenguaje de la buena sociedad, con buenos modales y formalidades”.

Mélenchon anotó: “La cólera del pueblo no se expresa de esa manera, la gente ya no resiste más, tiene necesidad de que sus dirigentes les hablen de manera ruda y cruda, que digan las cosas como son”.

 

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