Sarkozy confía en su victoria a pesar de los pronósticos

Sarkozy llegó en segundo lugar en la primera vuelta y ningún sondeo lo ubica delante de Hollande en la segunda. Pero a pesar de todo, el presidente derechista confía en su capacidad para atraer a los electores de la extrema derecha sin perder a los del centro. Una apuesta arriesgada a once días de la segunda vuelta.

El presidente Sarkozy dice creer en su victoria, 23 de abril de 2012. REUTERS/Yves Herman

El diario derechista Le Figaro reveló este lunes 23 de abril la confidencia que le hizo Sarkozy a un allegado tras conocer los resultados de la primera vuelta: “Puedo pasar por el hueco del ratón, sobre todo si éste es más grande de lo previsto”.

Sarkozy, que llegó segundo a un punto y medio de Hollande (28,63% contra 27,1%), se refería a la alta votación que obtuvo la derecha, si se incluye en ese bloque el 17,90% que obtuvo Marine Le Pen, la candidata del ultraderechista Frente Nacional, la cual llegó en tercer lugar. Un resultado histórico para ese partido que le ha dado a Le Pen la llave para decidir la victoria entre el socialista Hollande y el derechista Sarkozy.

Pero Le Pen, muy probablemente, se abstendrá de llamar a votar por el uno o el otro. Su interés es hacer estallar la derecha, sin tomar partido abiertamente por Hollande, porque una apabullante derrota del presidente conservador le permitiría proclamarse como la nueva jefa de la oposición.

Sarkozy ha dicho que no piensa negociar con Le Pen, pero sí ha lanzado desde el lunes una feroz ofensiva para atraer a esos electores, que según él no le pertenecen a ella ni tampoco a él.

Timonazo a la derecha, entonces, para Sarkozy, que ha comenzado a concentrarse desde el lunes en temas como la inmigración, el Islam, la defensa de las fronteras y del laicismo, el proteccionismo y la necesidad de “proteger a los franceses”. Uno de los principales ángulos de ataque será sin duda la propuesta de Hollande en favor del derecho de voto de los extranjeros (que no forman parte de la comunidad europea) en las elecciones municipales.

Este giro, sin embargo, puede espantar a unos electores que Sarkozy también necesita: los centristas, cuyo candidato, François Bayrou, obtuvo 9,13% de los votos. Sarkozy ha advertido que no los olvidará, pero hablarle a los extremos y al centro es un difícil acto de acrobacia política que puede ser contaproducente.

Algunos medios han criticado duramente la derechización de Sarkozy. Un diario de la prensa regional, Le Courrier Picard, anota que Sarkozy “luego de haber legitimado los temas del FN, lo ha resucitado y está condenado a salir a buscarlo”. El izquierdista L’Humanité lo acusa de “apropiarse las tesis de la extrema derecha de cara a una segunda vuelta peligrosa”. Libération, por su lado, evoca una “vía detestable”.

Pero el presidente candidato parece decidido a persistir en esta estrategia. Según Le Figaro, Sarkozy dijo a su equipo de campaña que “los franceses me están haciendo sufrir (…) quieren que sufra un poco”, pero está seguro de que “nada está perdido”.