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Elecciones en Francia

La ultraderechista Marine Le Pen ensombrece las elecciones

La sorpresa de la primera vuelta la dio la candidata ultraderechista Marine Le Pen, que obtuvo el tercer lugar con 18% de los votos, un resultado histórico para el Frente Nacional. Le Pen afirma que ‘la batalla por Francia sólo está empezando’ y sostiene que su partido es 'la verdadera oposición a la izquierda’.

Marine Le Pen festeja su resultado en la primera vuelta de las presidenciales, 22 de abril de 2012
Marine Le Pen festeja su resultado en la primera vuelta de las presidenciales, 22 de abril de 2012 REUTERS/Pascal Rossignol
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La candidada del partido ultraderechista Frente Nacional Marine Le Pen no pasó a la segunda vuelta, como lo hizo su padre Jean-Marie en 2002 frente a Chirac, pero este lunes 23 de abril sí tiene varias razones para congratularse por el resultado que obtuvo la víspera, en la primera vuelta de las presidenciales.

El “tercer hombre” de la elección fue ella y no, como evocaron algunos sondeos, el candidato de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon. Es, además, un tercer lugar sobresaliente, pues consiguió 18,12% de los votos, casi el doble que su padre en 2007 (10%) y un récord histórico para el Frente Nacional, cuyo máxima votación había sido 16,8% en 2002.

De ahí la euforia este domingo de los simpatizantes del FN. "Hemos hecho estallar el monopolio de los dos partidos de la banca, la finanza, de las multinacionales, del renunciamiento y del abandono”, dijo Le Pen anoche, tras conocer los resultados. 

Le Pen logró convertirse en un personaje ineludible de la vida política francesa. Ella misma reivindica su puesto de jefa de la oposición: “Frente al presiente saliente, que dirige un partido considerablemente debilitado, somos ahora la única y verdadera oposición a la izquierda ultraliberal, laxista y libertaria”.

Oradora eficaz, Marine Le Pen, de 43 años de edad, reitera en sus discursos los temas habituales de la extrema derecha contra la inmigración y el Islam, pero lo hace invocando el laicismo. A pesar de los intentos que ha hecho ella por cambiar la imagen de formación política extremista, el partido sigue teniendo problemas para convencer que ha roto con aquello que ha constituido el nucleo duro de su ideología: el racismo, el antisemitismo y la xenofobia.

En economía, Le Pen se presenta como la defensora de los trabajadores perjudicados por la mundialización, la “dictadura de Europa” y aboga por el abandono del euro y el retorno al franco. Durante la campaña lanzó los debates de la carne halal (animales matados según las reglas musulmanas) y lanzó también la polémica propuesta de que la seguridad social no siga costeando los abortos en caso de problemas presupuestarios, para destinar esos fondos a la atención médica indispensable.

 

 

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