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Francia/ Ciencia

Bebé medicamento: ¿proeza científica o instrumento humano?

El nacimiento en Francia, a finales de enero de 2011, del primer bebé concebido para curar a uno de sus hermanos mayores provoca polémica. Algunos sectores se felicitan por esta “hazaña técnica", otros advierten sobre “la manipulación del ser humano”.

®Reuters
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Umut, esperanza en turco, es el nombre del primer “bebé medicamento” que llegó al mundo el pasado 26 de enero en el hospital Antoine Béclère, en la periferia parisiense. El niño, que pesó 3,659 kilos, nació por fecundación in Vitro luego de un doble diagnóstico genético pre implantacional (DGP), una técnica que permite seleccionar los embriones mediante el estudio del ADN. De ese modo se eliminan los que contienen algún defecto genético.

El embrión que se convertiría en Umut Tahla fue seleccionado entre otros porque no llevaba en sus genes la beta-talasemia, una enfermedad muy grave que provoca anemia y exige constantes transfusiones de sangre.

Los primeros hijos de la familia padecen esta enfermedad. El hecho de que Umut no sufra de beta-talasemia y la compatibilidad de sus tejidos con los de sus hermanos, podría permitir más tarde un trasplante de sangre del cordón umbilical, conservado después del nacimiento.

Los especialistas, que llaman a estos niños nacidos por selección genética “bebé de la esperanza doble”, saludan esta nueva proeza técnica lograda por el profesor René Frydman que, en 1982, participó en el equipo del profesor Emile Papiernik, que obtuvo el primer nacimiento del “bebé probeta” (Amandine) en el mismo hospital en donde vio la luz Umut Tahla.

En sectores más conservadores el nacimiento del “bebé medicamento" suscita inquietud.

El arzobispo de París, Monseñor André Vingt-Trois, alertó sobre una eventual instrumentalización de un ser humano al servicio de otros”. La ex ministra conservadora, Christine Boutin, admitió “la hazaña científica” pero estimó que se había dado “un paso extremadamente grave”.

El diputado de la mayoría gubernamental, Jean Leonetti, tiene otra mirada sobre este tema.

Este médico, que se interesa en temas relacionados con la ética, declaró a RFI: “Si se dice que es un bebé medicamento, entonces se le está tratando como a un instrumento o que hemos creado un niño para utilizarlo como medicamento y curar a su hermano y a su hermana. En ese caso podemos considerar que se trata de una transgresión porque consideramos a un ser humano como un objeto. Podemos decir también que es el niño de la doble esperanza porque nace y va a tener una vida propia, pero al mismo tiempo que nace salvará a sus hermanos”.

“Prefiero referirme a un niño que representa una esperanza doble. Esta fue una disposición que entró en vigor en el año 2004. No se había utilizado nunca, lo que prueba que, de vez en cuando, el legislador debe tratar de anticipar y de prever. Frydman hizo posible ese nacimiento y yo creo que al mismo tiempo que se ha dado la vida, se ha salvado otra”, añadió.

“Es cierto que no podemos hablar de consentimiento, puesto que no se le puede pedir a un embrión su opinión. Pero después se le puede decir: la medicina lo salvó de la grave enfermedad que sufre su hermano y al mismo tiempo logró que usted le salve la vida y que su familia sea feliz”.

“Creo que la balanza se inclina más hacia lo positivo que hacia lo negativo”, concluyó el diputado Jean Leonetti. 

 

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