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Enfoque Internacional

La odisea de los migrantes en su viaje a Europa

Primera modificación:

En tan solo seis días, más de 11.000 migrantes han llegado a Italia, muchas veces tras un viaje en condiciones infrahumanas, a bordo de embarcaciones precarias. El auge repentino del número de migrantes en este período del año se debe al creciente caos político en Libia y a un mejor clima en el sur de Europa.

En tan solo seis días, a mediados de abril, alrededor de 11.000 migrantes llegaron a Ias costas italianas.
En tan solo seis días, a mediados de abril, alrededor de 11.000 migrantes llegaron a Ias costas italianas. REUTERS/Guglielmo Mangiapane
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Una serie de naufragios de barcos clandestinos que transportan a migrantes entre Africa y Europa han convertido al mar Mediterráneo en un cementerio. Este fin de semana, un barco pesquero naufragó cerca de Libia. Según un primer balance, habría 24 muertos y 28 sobrevivientes, pero las autoridades italianas sospechan que cientos de personas podrían haber desaparecido en la tragedia. Y a este naufragio hay que sumarle otras dos catástrofes marítimas la semana pasada. Habrían dejado alrededor de 450 desaparecidos.

El incremento repentino del número de migrantes en este período del año se debe al creciente caos político en Libia y a un clima más propicio a los viajes en el sur de Europa, lo que incita a los migrantes a emprender la peligrosa travesía del Mediterráneo, rumbo a las costas de Italia.

Además de ser peligrosos, los desplazamientos en esta embarcaciones son costosos. Según Joel Millman, de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), los traficantes exigen "alrededor de 450 euros por un viaje de Trípoli, o de algún lugar de la costa de Libia, hasta Italia ... Pero, normalmente, quienes provienen de países más desarrollados, como Siria, pagan aún más. Como 1000 dólares", agrega Millman.

A cambio de estas sumas de dinero, los migrantes viajan hacinados en barcos precarios y "tienen que mantenerse de pie durante todo el viaje, que puede durar hasta dos días, cualesquiera que sean las condiciones en el mar. No reciben ni comida, ni agua, y no llevan chalecos salvavidas".

Antes del mar, el desierto

Para los migrantes oriundos de Gambia, Senegal, Mali o Nigeria, el viacrucis hacia Europa empieza lejos del Mediterráneo, en el desierto del Sahara, paso obligatorio para llegar a Libia, país de donde salen las embarcaciones.

Entrevistado por RFI, Alassane Dicko, de la asociación maliense de expulsados en Bamako, recogió testiminios sobre las condiciones de viaje en el desierto. "En el desierto, algunos no aguantan la temperatura y se quedan al borde de la carretera. Y los traficantes no tienen tiempo para recoger a alguien que se cae, por ejemplo. En el desierto muchas veces los vehículos tienen averías. Los viajeros se quedan escondidos en algún lugar detrás de una duna. Falta agua, comida, y muchas veces algunos que se alejan o quieren hacer sus necesidades, se pierden. Es muy frecuente en el desierto."

Las ONGs que ayudan a los migrantes que llegan a Italia reportaron también un fenómeno creciente: el de los menores aislados, que sufren situaciones traumáticas.

Ubicadas a solo unos cientos de kilómetros de Africa, las ciudades del sur de Italia constituyen el principal punto de entrada a Europa de los migrantes. Sin embargo, con 80.000 personas en espera de una solicitud de asilo, los centros de acogida en Italia están desbordados.

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