Fessenheim: una central nuclear con achaques
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El presidente François Hollande confirmó este lunes su promesa electoral de cerrar la central nuclear de Fessenheim, antes del fin de su mandato. Este complejo nuclear, el más antiguo de Francia, está ubicado en Alsacia, al noreste del país. Se encuentra paralizado desde el domingo pasado debido a los trabajos de mantenimiento de una de sus unidades de producción, pero también a causa de problemas de tuberías detectados en uno de sus condensadores.
La central nuclear de Fessenheim tiene 38 años. Lo que para una instalación atómica es el equivalente de una persona anciana. Y, como sucede a los humanos cuando envejecen, las centrales también sufren de achaques.
“El riesgo nuclear, inherente a todos los reactores, aumenta con la antigüedad de la instalación. Y en una central, como Fessenheim, que fue construida en 1977, los trabajadores se jubilan y los nuevos no tienen la experiencia necesaria para controlar el material, lo que aumenta aún más el riesgo”, explica Anne-Laure Meladeck, portavoz de la asociación "Sortir du Nuclaire, Salir de lo Nuclear".
Problemas de permeabilidad
“En los últimos meses Fessenhein ha tenido varios problemas con tuberías, inundaciones en las salas de máquinas, cortocircuitos. De hecho, el agua radiactiva tiene un impacto en la fauna y en la flora de la zona porque se filtra en las capas freáticas”, añade Medaleck.
El cierre de Fessenheim: una promesa de François Hollande
“El cierre de Fessenheim no es suficiente. Nosotros pedimos el cierre de todos los reactores porque son una amenaza, no solo para Francia sino para toda Europa”, concluye la portavoz de "Sortir du Nucleaire”.
Entrevistada: Anne-Laure Meladeck, portavoz de la asociación "Sortir du Nuclaire".
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