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Alemania

Las manifestaciones contra el islam se esparcen por Alemania

Desde hace semanas las calles de varias ciudades alemanas han visto desfilar masivas manifestaciones contra la denomina "islamización de occidente". La "islamofobia" parece ganar adeptos en el mayor país de acogida de inmigrante, el mismo que este año recibió a 200.000 inmigrantes pidiendo asilo político, provenientes de países en conflicto como Siria o Afganistán.

Manifestaciones anti islam se han producido en varias ciudades de Alemania.
Manifestaciones anti islam se han producido en varias ciudades de Alemania. Reuters
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Pocos vieron venir un movimiento como este. Pero lo cierto es que desde hace semanas, y todos los lunes, la evidencia no ha dejado otra opción que asumirlo, sobre todo después de la gran manifestación de Dresde, donde unas 10.000 personas salieron a las calles a protestar contra lo que denominan la ‘islamización de occidente’.

Detrás de este movimiento se encuentra el grupo "Europeos patriotas contra la islamización de occidente" (Pegida), con varias derivaciones según la ciudad. En sus filas, y lejos de lo que puede creerse a simple vista, conviven desde activistas con vinculación neonazi, miembros del partido de extrema derecha NPD, pero también jóvenes, mujeres, jóvenes y viejos, sin afiliación política. Individuos con perfiles distintos pero que confluyen en el sentimiento anti islam, sobre todo después que la crisis económica dejara su huella en el viejo continente. Le critican al gobierno el gasto excesivo que implica acoger y reinsertar a extranjeros que piden asilo político en Alemania, en su mayoría proveniente de países en conflicto como Siria o Afganistán.

En efecto, con el paso de los años Alemania se ha convertido en un país de acogida. Tan sólo este año unas 200.000 personas pidieron asilo político y se espera que la cifra aumente el año que viene. Una enormidad si se estima que en 2008 Alemania acogía unos 28.000 refugiados. En 2013 se calculaban unos 127.000 inmigrantes. Una ola de inmigración que, bien o mal, los municipios y el Estado han debido financiar. Según los expertos, esa es la principal queja de los que ahora salen a la calle: que los recursos se destinen a los inmigrantes, en cantones con elevadas cifras de desempleo y sin que el gobierno lo haya consultado popularmente.

El gobierno, por su parte, ha catalogado de “vergüenza para Alemania” este tipo de manifestaciones. Ha sido el ministro alemán de justicia, Heiko Maas, quien ha levantado la voz señalando que su gobierno va a necesitar una “gran contra alianza del conjunto de la sociedad civil y todos los partidos políticos” para luchar contra un movimiento que ha calificado de populista.

El ministro agregó que “los refugiados son bienvenidos en Alemania, sea cual sea su religión o color de piel”. Una declaración que, sin lugar a dudas, no hará olvidar la imagen con la que muchos alemanes se despertaron este viernes: una serie de edificios destinados a inmigrantes quemados intencionalmente. En las paredes del inmueble destruido se podían apreciar frases racistas y varias svásticas dibujadas.

 

 

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