La crisis ucraniana ha puesto de manifiesto una vez más la dependencia energética europea: Gazprom suministra a Europa un 30% del gas que consume. Si bien hay países más o menos dependientes, Alemania y Polonia, por ejemplo, dependen mucho más que Francia o Italia. En todo caso, los últimos acontecimientos plantean un serio desafío a la seguridad energética del viejo continente y la necesidad de políticas e infraestructuras realmente comunes.Entrevistado: Gonzalo Escribano,director del Programa de Energía del Instituto Elcano, en Madrid.