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Política/Tecnología

La adicción al iPhone y al Blackberry, talón de Aquiles de los mandatarios

Los jefes de Estado y ministros europeos cuentan con sistemas encriptados de telefonía celular y correo electrónico especialmente diseñados para proteger informaciones altamente confidenciales. Sin embargo, la seguridad de estos aparatos los vuelve lentos y poco atractivos, por lo que los responsables ceden a la tentación de volver a sus smartphones personales abriéndole las puertas a la interceptación de sus comunicaciones.

REUTERS
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¿Y si Alemania o Francia hubiesen sido víctimas de espionaje porque sus gobernantes no supieron despegarse de su iPhone o de su Blackberry personales? El diario berlinés Tagegesspiel, que cita fuentes gubernamentales, sostiene que el celular de la canciller Angela Merkel espiado por la NSA no era el móvil presidencial, sino el que posee como presidenta del partido cristiano-demócrata CDU.

La agencia de prensa alemana asegura empero que el teléfono utilizado fue el “oficial”, uno preparado para ser ultraseguro. De hecho, el gobierno alemán posee desde hace unos meses unos Blackberry Z10 (que cuestan unos 2.500 euros por unidad).

En Francia, los altos funcionarios poseen unos teléfonos encriptados especialmente construidos por Thales para el Estado, cuyo precios es de 3.300 euros cada uno. Según la Agencia Nacional de Seguridad de Sistemas de Información de Francia, estos aparatos pueden enviar mensajes secretos clasificados como de "seguridad nacional".

El problema es que en la práctica, estos teléfonos especiales necesitan protocolos rigurosos de utilización. Los celulares Teorem (Thales) por ejemplo requieren unos 30 segundos para efectuar una llamada, debido a las claves que hay que utilizar, lo que puede molestar a alguien acostumbrado a métodos más veloces.

Son gobernantes, empresarios, banqueros o incluso periodistas, y aunque hayan comprado un teléfono especial “todos tienen al menos un Iphone o un Blackberry”, asegura Robert Avril, fundador de la empresa Cryptofrance, que lanzó los primeros teléfonos encriptados en 2008.

“Poco importan todas las sesiones de sensibilización que se hacen, que los directivos escuchen con cuidado, una vez que vuelven a su casa se dicen que es sólo algo que le ocurre a los demás. No paramos de decirles a nuestros clientes que dejen de tener conversaciones profesionales y de enviar emails con sus smartphones normales”, añade.

Varios expertos en cibercriminalidad subrayan que uno de los dirigentes que más odiaba el sistema de encriptado Teorem era el ex presidente francés Nicolas Sarkozy, mientras que el actual mandatario, François Hollande, ha conservado su smartphone tras su llegada al poder, aunque al margen disponga de aparatos encriptados.
 

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