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Justicia/Historia

Alemania estima que la familia del nazi Priebke debe ocuparse de sus restos

El cuerpo del criminal nazi Erich Priebke se encontraba este miércoles en Italia, donde esperaba ser eventualmente transferido a Alemania, su país de origen. Sin embargo, Berlín indica que es la familia que debe decidir dónde enterrar al oficial SS condenado en Roma a cadena perpetua por la masacre de las Fosas Ardeatinas en 1944. La cancillería alemana recordó que Priebke tiene un hijo en Argentina.

Simpatizantes neonazis tras la llegada del féretro de Priebke a Albano Laziale, cerca de Roma, el 15 de octubre de 2013.
Simpatizantes neonazis tras la llegada del féretro de Priebke a Albano Laziale, cerca de Roma, el 15 de octubre de 2013. ©Reuters.
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Incluso tras su muerte a los 100 años, el ex jerarca nazi Eric Priebke sigue siendo un huésped incómodo. Sus restos aguardaban este miércoles por la mañana en un aeropuerto militar de Roma, a la espera de transferirlo eventualmente a Alemania, su país de nacimiento. Sin embargo, Berlín no parece apurado en repatriar el féretro del el oficial SS que desde 1998 cumplía una condena a cadena perpetua por la masacre en 1944 de las Fosas Ardeatinas, que dejó 335 civiles muertos.

Este miércoles, el ministerio de Asuntos Exteriores alemán indicó que es la familia de Priebke la que debe resolver cuál será su última morada. “Es en principio la familia la que decide lo que quiere hacer de los restos de un alemán muerto en el exterior y creo que es el punto de vista de nuestros socios y amigos de Italia”, indicó Martin Schäfer, portavoz del ministerio.

“Y, de acuerdo con lo que dice la prensa, Priebke sigue teniendo una familia, de la cual un hijo se ha manifestado en Argentina”, agregó.

El funcionario explicó que Alemania puede otorgar “una ayuda consular a los alemanes del exterior”, pero “no está previsto que el gobierno alemán (…) sea responsable a la hora de decidir lo que se hace con los restos de un alemán fallecido en el extranjero”, subrayó.

Por lo pronto, Italia ha contactado a Alemania para encontrar una solución. Pero la alcaldía alemana de Hennigsdorf (al norte de Berlín), donde nació Priebke, se niega a “a enterrar a un criminal de guerra”. La comunidad judía de la región (75 de los 335 italianos asesinados por Priebke y sus cómplices eran judíos) también se opone. En cuanto a Argentina, donde Priebke vivió como un vecino más en la ciudad de Bariloche durante 40 años, tampoco quiere el cuerpo del ex capitán SS.

Por su parte, el director del Centro Simon Wiesenthal, que persigue a los autores de crímenes del nazismo, propuso que los restos sean incinerados en Alemania.

El problema de qué hacer con Priebke llega inmediatamente después de que sus funerales, que debían ser celebrados por integristas católicos cerca de Roma, fueran cancelados por la presencia de neonazis.
 

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