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ESPAÑA

España juzga la mayor trama de corrupción urbanística de su historia

El modelo de corrupción que surgió en el país al calor de la fiebre inmobiliaria tuvo su epicentro en Marbella: decenas de políticos fueron detenidos. Ingentes recalificaciones de terrenos y un Ayuntamiento en quiebra fueron testigos de su paso por el poder.

Pancarta que alude a los negocios sucios de Marbella.
Pancarta que alude a los negocios sucios de Marbella. ©WIKIPEDIA
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España sienta hoy en el banquillo de los acusados a su burbuja inmobiliaria. O al menos, a su principal símbolo: 10 años después de que comenzarán las investigaciones, comienza el juicio del caso Malaya, un proceso en el que se han detenido a 95 personas, muchos de ellos cargos políticos que presuntamente protagonizaron la mayor trama de corrupción urbanística de la historia de ese país. Marbella, menos de 135.000 habitantes, cuna turística de la jet set española, situada en la provincia de Málaga, en la costa del sur del país. Allí comenzó todo. 

Si se pudiera poner coordenadas al origen de los excesos en el sector del ladrillo español, epicentro de la crisis económica del país, sin duda su ubicación geográfica sería la ciudad de Marbella. Este municipio de sol y playa, que ha sido cita ineludible para los turistas más glamourosos -como el rey Fhad de Arabia, la familia Bismarck, los Thyssen-Bornemisza o, más recientemente, Michelle Obama- , exportó un modelo de corrupción y de urbanismo que se extendió como una mancha por todo el país durante la pasada década: prevaricación, malversación de caudales públicos, cohecho, tráfico de influencias, maquinación para alterar el precio de las cosas… la lista de cargos que se juzgan es interminable.

Los personajes que rodean esta trama no pueden ser más pintorescos, moldes de arquetipos y clichés de los que España siempre quiso deshacerse, sujetos casposos que allí llaman la España cañí.

Ninguno falta en la lista: en el vértice de la pirámide, el fallecido Jesús Gil, constructor y presidente de un importante club de fútbol –Atlético de Madrid-, que montó el G.I.L, un partido político hecho a su medida que lo llevó a ser alcalde de la ciudad, gobernada al más puro estilo caciquil, tanto que estuvo en prisión dos veces.

Un peldaño más abajo, sus sucesores: la alcaldesa Marisol Yagüe y posteriormente Julián Muñoz, ambos detenidos. Este último casado en segundas nupcias con Isabel Pantoja, una cantante tonadillera que fue primero esposa de un famoso torero y que también se ha visto salpicada en el caso: personaje folclórico que no podía faltar en una historia así. Y alrededor de todos ellos y de varias docenas de detenidos más Juan Antonio Roca, asesor municipal de urbanismo y presunto cerebro de la trama.

Todo comenzó la mañana del 29 de marzo de 2006, cuando los vecinos marbellís asistieron atónitos a una operación policial en la que gran parte de los principales miembros del Ayuntamiento fueron detenidos.

El despliegue policial se ponía en marcha tras una larga investigación iniciada en noviembre de 2005, cuando la Fiscalía Anticorrupción destapó un complejo entramado societario que encubría numerosas actividades delictivas en las que, además de descubrir una importante trama de blanqueo de dinero, sirvieron para tirar del hilo de una madeja de corrupción urbanística en la Costa del Sol que desembocaba en Marbella.

Cuando se destapó la operación y se practicaron las primeras detenciones, el Gobierno tuvo que intervenir el Ayuntamiento y colocar una junta gestora presidida por un abogado que se hiciera cargo del municipio. Esta junta dijo haberse encontrado un consistorio con “unos ingresos corrientes de 300.000 euros y unos gastos de 13 millones de euros". Unos ingresos paupérrimos para un municipio que concedió licencias para construir miles de viviendas, incluso en terrenos protegidos medioambientalmente.

Todavía se busca ese dinero entre el patrimonio de los acusados, que muchos de ellos llegaron al poder sin nada y salieron de él con numerosas mansiones y empresas millonarias. A partir de hoy, un sumario de 200.000 folios ordenados en 196 tomos tratará de depurar responsabilidades.
 

Después de Marbella se conocieron numerosos casos de corrupción ligados a los poderes locales de las ciudades españolas que repetían los ingredientes del Caso Malaya: alcaldes detenidos, licencias para construir, recalificación de terrenos urbanísticos. Espejos de una burbuja que se pinchó, inspirados en Marbella pero que jamás lograron alcanzar su glamour.

 

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