Alemania registra un crecimiento récord
El PIB de la locomotora de Europa crece un 2,2% en el segundo trimestre. La clave del crecimiento alemán está en las exportaciones, donde ha recuperado el nivel anterior a la crisis. Francia, Italia y España también crecen, pero mucho menos. Europa, para todo, tiene dos velocidades.
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La locomotora de Europa se ha puesto a funcionar y lo ha hecho a un ritmo “vertiginoso”, desconocido desde que las dos Alemania se reunificaran en 1990. El Producto interior bruto (PIB) de Alemania registró en el segundo trimestre del año un crecimiento del 2,2%, según la Oficina Federal de Estadística germana. Un crecimiento respecto al trimestre anterior sorprendente para todos, un crecimiento “XL”, como lo ha definido el ministro alemán de Finanzas, Rainer Brüderle.
"La recuperación de la economía alemana se está confirmando como mucho más fuerte de lo que muchos hubieran creído posible hace poco tiempo”, resumió el ministro, casi incrédulo. Y es que no es ésa la única buena noticia para los germanos. Además de haber mejorado la evolución de su PIB en un 4,1% respecto al mismo periodo del año anterior, los datos consolidados del primer trimestre muestran que no creció al 0,2%, como se había anunciado, sino que el verdadero crecimiento fue tres décimas mayor. Y hay más, su mercado laboral ha absorbido a 72.000 nuevo trabajadores entre abril y junio, un 0,2% más.
La alegría del ministro estaba más que justificada. Mes tras mes, desde 2008, le ha tocado presentar unas cifras poco satisfactorias. Números rojos interanuales que alcanzaron su pico en el segundo trimestre de 2009, al descender su crecimiento nada menos que un 6,8%.
Ahora, sin embargo, el ministro de Angela Merckel ve por el retrovisor del tren germano alejarse a un ritmo “vertiginoso” la crisis económica, la Gran Recesión. Y también deja atrás a sus compañeros de viaje de la Unión Europea. También han publicado sus cifras de crecimiento Francia, Italia y España, confirmando que, para salir de la crisis, la UE también utiliza dos velocidades.
La ligera recuperación del resto de Europa está favoreciendo a Alemania. Por ligera y por recuperación. La balanza de pagos de Alemania demostró cómo el carburante de su motor se alimenta sobre todo de exportaciones. En julio crecieron más de un 28%, Alemania vendió al exterior productos y servicios por valor de 86.500 millones de euros, recuperando los niveles anteriores a la crisis. Como uno de sus principales mercados es la UE, se benefició de la leve reactivación de su consumo.
Pero Alemania también se ha beneficiado de la perezosa emancipación económica de sus compañeros continentales. Cuanto más sufría el resto de países las consecuencias de la incertidumbre en los mercados, fruto del derrumbre griego, mejor le iba a Alemania a la hora de financiarse. Cuanto más pagaba Europa, menos le costaba su deuda a Alemania, gracias a la confianza de los inversores en su solvencia. La misma Merckel alimentó las dudas sobre la solvencia de algunos países, como por ejemplo España.
El resto: mejor pero menos
Pero es inevitable que Europa mejore si Alemania mejora. Sus importaciones también alcanzaron en junio un registro récord, el más alto desde 1950. La reactivación de su consumo le llevó a importar mercancías por valor de 72.400 millones de euros, un 31,7% más. Y eso Europa lo nota.
Así, Francia ha crecido en el mismo periodo un 0,6%, según ha anunciado la ministra del ramo, Christine Lagarde. “Esta cifra es tres veces mejor que la del primer trimestre”, manifestó la ministra, quien se congratuló de que “recuperación del consumo doméstico y, sobre todo (...), la reanudación de la inversión empresarial". Por su parte, Italia también crece, un 0,4%. Lo mismo que España, que registra una mejora intertrimestral del 0,2%, encadenando dos trimestres consecutivos al alza. En resumen: dos velocidades.
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