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El domingo 5 de julio los griegos votaron masivamente "NO" a la austeridad y a las propuestas de los acreedores a Atenas a cambio de mantener la asistencia financiera al país que, cinco años después del inicio de la crisis, se encuentra al borde de la quiebra.

Los partidarios del "no" festejan su victoria el domingo  5 de julio en Atenas.AFP PHOTO / Angelos Tzortzinis.
Los partidarios del "no" festejan su victoria el domingo 5 de julio en Atenas.AFP PHOTO / Angelos Tzortzinis.
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El resultado del referendum anunciado una semana antes por el Primer Ministro, Alexis Tsipras, ha abierto una nueva situación en la ya larga crisis europea donde lo económico y lo político avanzan entrelazados pero también por vías paralelas. Aunque el desenlace de esta historia es aún desconocido, nadie duda ahora que la iniciativa del Primer Ministro Tsipras de convocar al referendum fue una jugada maestra.

Poco antes el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, llamó a votar a los griegos en favor del "SI," y dijo que con esa respuesta la población daría una señal clara a sus pares europeos. ¿Cómo leer ese resultado?

El "grecxit", Frankestein europeo

Grecia sigue su caída por el tobogán de la crisis iniciada en 2010 y con ella la prolongación de la crisis europea. Son ya cinco años de estira y afloja entre Atenas, la Comisión Europea, el BCE y el FMI, cinco años con un único resultado visible. La crisis sigue tan viva como el primer día, la economía se ha contraído de un 26%, las condiciones de vida de la mayoría de la población se han degradado en extremo mientras que la amenaza de una salida de Grecia de la zona euro ha crecido cual fantasma que podría convertirse en Frankestein, lo que sin duda representaría un fracaso para la Unión Europea.

Buena parte de la explicación de la situación actual se encuentra en el erróneo diagnóstico que hicieron las instituciones --FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea-- en 2010 y 2012.

Los acreedores de Grecia acusan al gobierno Tsipras de haber dilapidado los logros en materia de ajustes de sus predecesores y de no hacer propuestas serias que permitan alcanzar un acuerdo. Tasos Koronakis, Secretario del Comité Central de Syriza, el partido del gobierno, recuerda que gracias a los ajustes efectuados se logró un superavit primario del presupuesto --antes del pago de los intereses de la deuda-- de 2 160 millones de euros entre enero y abril pasado, por encima de una estimación oficial de 287 millones de euros. Al mismo tiempo Grecia cubrió todas sus deudas cons sus propios recursos, un caso único en Europa dado que cualquier desembolso de fondos a Grecia lleva cortado desde agosto pasado.

En 2012, más de la mitad de la reducción de la deuda fue consagrado a la recapitalización de los bancos griegos; mientras que entre 2010 y 2014 el gobierno griego desembolsó 53 mil millones de euros a título de intereses de la deuda. Para el grupo de expertos que auditó la deuda griega, gran parte de ésta es ilegítima.

322 mil millones de euros

Grecia lleva sumergida en recesión 21 trimestres consecutivos. El total de la deuda suma cerca de 322 mil millones de euros. El calendario de pagos para el 2015 asciende a 29 145 millones de euros. Casi 8 mil millones corresponden al FMI, y más de 5 mil millones al BCE de los que Grecia debe rembolsar mas de 2 mil millones este mes de julio. En la situación actual ese rembolso es inviable.

El economista Thomas Piketty, profesor de la Escuela de Economía de París y autor del Capital en el Siglo XXI, en entrevista al vespertino Le Monde recuerda que en porcentaje del Producto Interno Bruto europeo, la anulación de la deuda externa alemana en 1953 fue mucho más importante que la deuda pública griega actual, una historia que el gobierno alemán no le gusta recordar.

Deuda impagable

Cada vez más analistas coinciden en que cualquiera sea la salida de esta crisis la deuda Griega es impagable. Diversos analistas proponen crear un Fondo de Desarrollo Económico, Social y ecológico europeo, alimentado por el BCE, en el que se otorgarían a Grecia préstamos a tasa cero de interés para financiar inversiones en servicios públicos e infraestructuras. El propio gobierno griego propuso en febrero pasado transformar su deuda en títulos de inversión capitalizables en la medida que la economía vuelva a crecer.

Grecia sigue subida sobre una cuerda floja y  varios actores europeos quisieran verla caer, salir del euro, incluso de la Unión Europea. Un error histórico de incalculables consecuencias estiman los detractores de esa propuesta. Los próximos días, semanas de negociaciones aportarán sorpresas y tensiones. En cualquier caso, una cosa queda clara, el referendum griego marca un antes y un después para el conjunto de la Unión Europea.

Entrevistados: Rafael Pampillón, director de investigación económica de la IE Business School; Daniel Munevar, economista, asesor del ex ministro de finanzas Yanis Varufakis (al micrófono de Rafael Moran);Eulalia Rubio, investigadora del Instituto Jacques Delors; Daniel Albarracín, economista, Consejero del grupo parlamentario Podemos en el Parlamento Europeo, miembro del equipo que a solicitud del gobierno griego, llevó a cabo una auditoria sobre la legitimidad de la deuda griega.

 

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