Chris Froome arrasa con todo en la primera dificultad montañosa del Tour de Francia dando un golpe de autoridad y sacando una ventaja apabullante al resto de sus rivales. Solo Quintana aguantó el tipo llegando a 1’10 del británico mientras que Contador y Van Garderen perdieron 2’40” y 1’30”. Nibali, el campeón de la ronda gala el año pasado acabaría hundido a 4’35 del líder.
Se esperaba con impaciencia y el Tour la necesitaba imperiosamente, para dar arranque al gran espectáculo. La montaña, la hostilidad que pone a cada ciclista en su sitio, aparecía en la décima etapa coincidiendo con la primera fecha pirenaica. Bajo un calor intenso los ciclistas arrancaban en Tarbes con 167 kilómetros por delante. A pesar de que la gran dificultad del día llegaba en el último tramo, el dúo formado por el belga Kenneth Van Bilsen y el francés Pierrick Fédrigo, animarían gran parte de la carrera con una fuga que serviría para poner un poco de color en la fiesta nacional francesa.
Esa escapada finalizaría coincidiendo con el verdadero espectáculo del día, la inédita subida a la Pierre Saint-Martin. En las primeras cuestas los equipos SKY y Movistar forzarían el ritmo para generar un grupo de selectos y una vez que la carrera se lanzó, empezó el espectáculo de un Chris Froome inconmensurable.
El primero en caer sería el italiano Vicenzo Nibali, que se despide de su candidatura a las primeras de cambio tras perder 4’25” con respecto al inglés. Con el campeón del Tour de Francia fuera de combate, Froome envió a su compañero Richie Porte para que explotáse el reducido grupo que se había creado y como de una baraja de naipes se tratáse, todos empezaron a caer, uno tras otro. Uran, Pinot, Mollema… hasta dejar descolgado a otro de los favoritos, Alberto Contador. El ciclista español sufrió un calvario que se traduciría en 2’51” con respecto al líder.
La carnicería de Froome no había hecho nada más que comenzar. En la punta de carrera solo quedaban 3. Froome, Porte y Quintana, el mismo orden establecido en meta, con el detalle de que el maillot amarillo se marcharía en solitario durante los últimos kilómetros para poner la directa a una victoria histórica y que prácticamente sentencia un orden en la clasificación general. Froome rompería sueños, planes y estrategias. Su llegada a la cima de la Pierre Saint Martin simularía la aparición de un extraterrestre. El británico no tuvo piedad con nadie, ni siquiera con los únicos que pudieron seguir un poco su ritmo. Aventajó en 59 segundos a su gregario Richie Porte y en 1’10” (Bonificaciones incluidas) a un Nairo Quintana que aun no ha dicho su última palabra a pesar de ser tercero en la clasificación general a 3’09”. Si esto es solo el principio de la alta montaña, puede que Christopher Froome esté haciendo los deberes antes de tiempo, aun queda mucho por delante.
Este miércoles turno para la décimo-primera etapa del Tour de Francia. La montaña se va pronunciando un poco más tras el aperitivo que suponía la meta en la subida a la Pierre de Saint- Martin. 188 kilómetros entre Pau y Cauterets Vallé de Saint –Savin con un trazado tradicional de la Grande Boucle en el que se subirán dos puertos míticos como son Aspin y el Tourmalet. Una fecha propicia para los ciclistas que ya se han descolgado en la general y que pretenden al menos ser protagonistas durante un día. La vigilancia será extrema entre Froome y resto, aunque será difícil de recortar segundos teniendo en cuenta que habrá 41 kilómetros entre la cima del Tourmalet y la meta.
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