El retiro tiene consuelo en que Federer ya ganó seis veces la competencia, todo lo contrario a la Copa Davis, el único gran trofeo que falta en su abultado palmarés, y cuya final Francia y Suiza disputarán este fin de semana en Lille.

Federer quiere ganar tiempo para recuperarse y estar en la definición de la Ensaladera; es quizá su última oportunidad de ganarla, vistos sus 33 años. De cualquier forma, la molestia le impedirá entrenarse al menos en los próximos días para la serie, que se disputará en tierra batida. Federer paga, tal vez, el precio de una temporada muy intensa, en la que jugó y ganó más partidos que ningún otro jugador (83 y 72, respectivamente), y en la que volvió a ocupar un lugar en el podio del escalafón mundial, aun sin consagrarse en ningún gran torneo, a pesar de llegar a la final del pasado Wimbledon.

Los interrogantes, en todo caso, no cesan, y tienen que ver también con una supuesta discusión entre Federer y el segundo del equipo suizo, Stanislas Wawrinka, tras la semifinal que disputaron el sábado en Londres. Una larga discusión que habría tenido como motivo el ruido y las intromisiones de la esposa de Federer en el encuentro, en el que Wawrinka tuvo cuatro bolas de partido. ¿Hay tensión en el vestuario suizo? Más allá de eso, el espíritu competitivo de Federer le llevará a buscar estar en la final; la opción de reservarse para el domingo es latente, aunque la eliminatoria tendría que estar viva.