Argentina se clasifica para la final
Fue con una serie de penales (4 a 2) que la selección argentina terminó por clasificarse para la final de la Copa Mundial de fútbol 2014. Ahora deberá medirse con la selección de Alemania el próximo domingo en el mítico estadio Maracaná.
Primera modificación:
Después de la mítica goleada con la que el martes Alemania eliminó a los locales brasileños, por siete goles a uno, los ánimos no estaban para repetir la historia. Y se notó en el partido que jugaron Argentina y Holanda, un match eminentemente defensivo, donde los ya clásicos atacantes (Messi por Argentina, Robben y Van Persie por Holanda) no tuvieron grandes llegadas al arco contrario.
Esa contención duró largos noventa minutos y fue tanta que de paso se rompieron varios récords si se trata de hablar de historia mundialista. El más importante: por primera vez en la historia de las semifinales de la Copa del Mundo un partido termina el tiempo reglamentario con un empate a cero.
Rompieron la monotonía la tarjeta amarilla a Messi en el minuto 45, marcado durante todo el partido por un efectivo De Jong, y la llegada de Robben en el minuto 91 que no sirvió para abrir el marcador. Tampoco sirvieron los trotes de Higuain y Lavezzi. A esas alturas se echaba en falta a Di María, lesionado durante el partido contra Bélgica.
Se llegó así al tiempo suplementario. Treinta minutos en el que las tácticas de ambos entrenadores no variaron, aunque Van Gaal, el técnico holandés, haya agotado todas sus opciones de cambio, obligándolo a olvidarse de la táctica con la que se enfrentará a Costa Rica en su anterior ronda de penales: el cambio de arquero.
La lluvia caía fuerte en ese momento sobre el estadio Arena Corinthias de Sao Paulo, y no era precisamente una lluvia de goles. Con los hinchas al borde de un ataque de nervios Argentina y Holanda se fueron a los penales. El primero en convertir su penal fue Leo Messi, al que luego siguieron los de Garay, Agüero y Maxi Rodríguez. Por el lado holandés, sólo Robben y Kuyt lograron vencer el arco de Romero, convertido a esa hora en el nuevo santo de la selección argentina. Ya tenían al Papa, ahora tienen a Romero, bromeaban a través de las redes sociales los aliviados fanáticos argentinos.
Así las cosas, Argentina –doble campeón mundial- disputará el domingo y en el mítico Estadio Maracaná su quinta final en la Copa del Mundo. La tercera en que le toca medirse con el seleccionado de Alemania. Los albicelestes se convierten de esa manera en los únicos sobrevivientes latinoamericanos de este Mundial, en la última esperanza de que la Copa se quede en el continente.
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