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Carrusel de las Artes

El Braille en la escritura musical

Primera modificación:

Louis Braille, creador del mundialmente conocido código que lleva su nombre, también concibió una adaptación de su método para la notación musical. En Cuba, esta aplicación de Braille ha sido muy difundida, gracias al trabajo del pianista Frank Emilio Flynn y de otros especialistas que hoy en día enseñan este lenguaje.

Transcripción de una partitura al Braille.
Transcripción de una partitura al Braille.
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El código Braille que ha sido adoptado en todo el mundo para las personas ciegas o con deficiencia visual, tiene una aplicación mucho menos conocida, utilizada para la escritura musical. Se trata de un sistema creado por el propio Louis Braille (1809-1852), de 64 signos que se forman con la combinación de los seis puntos del Braille tradicional. Este sistema permite escribir las notas, su duración, su altura y otros elementos de la música.

Cuba ha sido uno de los países latinoamericanos que más ha difundido esta notación y preparado capacitadores para enseñar el código a los músicos ciegos. Uno de los principales defensores del Braille para la notación musical ha sido Carlos Ramírez, de la Asociación Nacional del ciego, quien lleva más de 20 años enseñando la escritura musical en Braille.

“Afortunadamente, Louis Braille fue un excelente músico y desde la creación de su código, incluyó un sistema muy preciso de signos para la escritura musical. Este sistema tiene dos dificultades; la primera es que a diferencia de la escritura musical en papel, que se puede leer en forma vertical, la música escrita en Braille debe leerse en forma horizontal e implica que la persona lee primero y luego mentalmente une todos los elementos. La segunda es que es imposible leer y ejecutar una partitura al mismo tiempo. Pero eso no es un obstáculo para que un músico ciego pueda descifrar una partitura. Al contrario, ofrece grandes posibilidades”, explicó Ramírez a RFI.

La notación musical en Braille es un lenguaje muy complejo, sin embargo, sigue siendo el mejor medio para que un músico ciego acceda a la compresión total de una partitura.

En Cuba, la escritura musical en Braille ha tenido una gran difusión gracias a un importante pianista ya fallecido, Frank Emilio Flynn, quien no sólo utilizaba el Braille sino que escribió un libro para enseñar a los videntes a leer este código y que ellos luego pudieran enseñarlo a músicos invidentes o deficientes visuales. Carlos Ramírez, quien fue alumno de Flynn, y Joaquín Borjes-Triana, son los principales defensores de ese método.

“Un músico ciego, que sólo aprende la música aprendiéndosela de memoria o con ayuda de alguien, es un músico limitado. Nunca podrá aprender a solfear y su acceso a la música siempre dependerá de otra persona. El código Braille permite que el músico invidente tenga un acceso directo a la composición y sea independiente”, agregó Borjes-Triana.

En los últimos años, Borjes-Triana y Ramírez han enseñado ese método a profesores de las escuelas de música en Cuba y a músicos ciegos. Los resultados han sido muy positivos y han sido solicitados en otros países de la región para preparar a otros profesores y músicos, principalmente en República Dominicana.

“Cuando un músico ciego puede leer una partitura, estudiarla, analizarla, se siente con el mismo potencial que una persona que goza de sus cinco sentidos. Para las personas que defendemos el derecho a la igualdad, sea cual sea la discapacidad que se sufre, es una gran fortuna”, concluyó Joaquín Borjes-Triana.
 

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