Conservatorio de París quiere aprender métodos del Sistema de Orquestas venezolano

Por Víctor Amaya.El convenio entre ambas instituciones permitirá el intercambio de metodologías, alumnos y profesores. 

Bruno Mantovani en Caracas. © Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela

El compositor francés Bruno Mantovani, director del Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, firmó en Caracas un convenio académico con el Sistema de Orquestas venezolano para permitir a ambas instituciones el intercambio de alumnos, la preparación docente y la formación de orquestas en conjunto. El invitado europeo también visitó algunos núcleos de la capital y ofreció seminarios sobre su propuesta compositiva a los alumnos de la Cátedra Latinoamericana de Composición del Conservatorio de Música Simón Bolívar.

"Tenemos metodologías diferentes. El venezolano es más colectivo; el francés es más individualista. Hay muchos eventos que podemos hacer. El que quiera enseñar en Francia no puede no conocer el Sistema. Aquí se forman músicos con programas sociales", explicó Mantovani.

"En 1977, músicos venezolanos fueron a la Academia de verano de Niza. Fue el inicio de una alianza que tiene casi cuatro décadas. Este convenio es un nuevo estadio, una asociación para enriquecernos en el campo artístico y social", contó Víctor Rojas, director de promoción, producción y desarrollo del Sistema de Orquestas.

Posteriormente, y batuta en mano, Mantovani debutó en Caracas frente a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar en un concierto que logró enérgicos aplausos por parte del público asistente a la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, ubicado en Caracas.

Con la fuerza y energía que los caracteriza, los músicos pertenecientes a la agrupación emblema del sistema de orquestas venezolano fundado por José Antonio Abreu, ejecutaron dos obras del maestro Mantovani: Fantasía para piano y orquesta, con la participación solista del joven Esteban Mujica, y Time stretch.

El programa también incluyó obras representativas del siglo XX como el Preludio a la siesta de una fauno, de Claude Debussy; la suite para orquesta El príncipe de madera, Op. 13, Sz. 60, de Béla Bartók; y el Bolero de Maurice Ravel, pieza con la que finalizó el concierto.

En su última entrada al escenario para recibir los insistentes aplausos, el maestro Mantovani vistió la famosa chaqueta tricolor de las orquestas venezolanas, causando una mayor ovación.