El Museo Rodin de París presenta en estos momentos el “Laboratorio de la creación”, una exposición que intenta mostrar el proceso creativo que dio origen a las obras maestras del conocido escultor.
El Museo Rodin de París devela los secretos del escultor francés más conocido de la historia, a través de este “Laboratorio de la creación”. Una muestra inédita que reúne unos 150 yesos y esculturas de arcilla, salidos por primera vez de las reservas del museo para que el público pueda descubrir a Rodin, no a través de la pieza terminada, sino de los numerosos bocetos y estudios preliminares de sus obras maestras.
Se descubre así una faceta hasta ahora desconocida, al menos para el público, del gran escultor, en su búsqueda de una idea o de una forma. Se trata de una invitación a descubrir los caminos explorados, las dudas y los destellos de genialidad que embargaron al artista.
“La exposición muestra la manera de trabajar de Rodin; a través de siete secciones temáticas. Vemos cómo Rodin elaboraba sus obras, multiplicaba sus personajes, los reutilizaba, los agrandaba o reducía. Es el caso de “La Puerta del Infierno”, una obra que le fue solicitada en 1880. Rodin tenía entonces 40 años. Es una puerta que no se abre, para la que Rodin modeló más de 200 personajes. Y para él fue como un vivero de ideas porque de allí tomó el modelo para otras obras posteriores. Por eso la consideramos una pieza fundamental”, explicó a RFI la especialista Hélène Pinet, una de las responsables de esta exposición.
"El Laboratorio de Rodin" acerca al visitante al ambiente creativo y la efervescencia que reinaba en el taller de Augusto Rodin, donde trabajaban numerosos asistentes, moldeadores y modelos. En ese hervidero, la obra de Rodin se construye y se despliega en todo su esplendor. De ese laboratorio se conservan también cientos de fotografías que el propio Rodin solicitó a lo largo de su vida.
La exposición en el Museo Rodin también presenta al escultor en su lado más humano. Un artista genial, que pudo saborear las mieles del éxito, pero que también vaciló, destruyó para volver a crear y recibió las críticas más intolerantes.
“Su conocida escultura de Honoré de Balzac fue una de esas piezas que cosechó críticas acérrimas. Rodin decidió esculpir al escritor envuelto en un gran abrigo que escondía su enorme cuerpo. Esto tomó al público por sorpresa. La obra recibió los peores comentarios. La sociedad que le hizo el pedido, le exigió a Rodin que devolviera el dinero mientras que la prensa catalogó a la obra de saco de patatas. Rodin salió muy afectado de todo esto, y decidió no mostrar la obra durante 10 años”, recordó Pinet.
Esta exposición estará abierta hasta septiembre de 2015, durante una importante campaña de remodelación del Hôtel Biron, hoy convertido en el Museo Rodin, que comenzará en enero próximo.
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