Argentina y sus comunidades de inmigrantes son los temas centrales de este primer largometraje del joven director argentino Juan Martín Hsu.
Esta ópera prima ha sido recibida con gran entusiasmo en todos los festivales en donde se ha proyectado y cosechado múltiples premios, entre ellos, el de la Industria Cine en Construcción 2013, en el marco del Festival de San Sebastián.
La Salada presenta las historias de cuatro personajes que se enfrentan a la nostalgia en su tierra. El señor Kim y su hija, Yun-Ji, inmigrantes coreanos, Bruno, un joven boliviano recién llegado a Buenos Aires, y Huang, un chico taiwanés, vendedor de DVD piratas que anda buscando una novia que llene su soledad.
Inmigración, integración, soledad y nostalgia son temáticas que le son cercanas al director de esta película, Juan Martín Hsu, cuyos padres son de origen extranjero. Los personajes de esta película tienen historias muy distintas pero todos experimentan el desarraigo y la tristeza de dejar el país de origen, aunque se sienten apegados al lugar que les da acogida. Tal y como dice uno de los personajes de La Salada quien afirma que "a la Argentina no hay quien la entienda, por lo que sólo queda aprender a quererla".
“Mis personajes tienen la melancolía de la tierra que dejaron atrás, pero al mismo tiempo aman el lugar donde decidieron vivir, en este caso Argentina. Es algo que me tocó vivir pues yo nací en Argentina, pero mis padres son taiwaneses. Siempre viví entre las dos culturas y tratando de buscarme a mí mismo”, declaró Juan Martín Hsu a RFI.
El gran mercado de La Salada ubicado en Buenos Aires es el lugar donde están enmarcadas las historias de esta cinta, la feria más grande de América Latina, donde conviven comunidades muy heterogéneas.
Juan Martín Hsu había filmado anteriormente dos cortometrajes, Ropa sucia (2006) y Obsesión para una ficción (2004). Su primer largometraje es uno de los 10 aspirantes al Premio El Abrazo del Festival de cine de Biarritz.
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