En este planeta tierra en el que tres cuartas partes de los humanos viven en un espacio urbanizado, numerosos son los especialistas que se interrogan sobre como transformar nuestro espacio vital en las grandes megalópolis, víctimas de la contaminación atmosférica y de la superpoblación.

Arquitectos, urbanistas, diseñadores, paisajistas, ingenieros o artistas aportan sus ideas a este amplio debate de sociedad, sobre el lugar de los jardines y espacios verdes, en sus múltiples declinaciones, en nuestra sociedad contemporánea.

¿Cuáles son las tendencias actuales del diseño en exteriores? ¿Cuáles son las nuevas formas del arte del jardinero? ¿Cuáles son las innovaciones tecnológicas y vegetales mas recientes? A todas esas preguntas intenta responder esta interesante exposición, que ha organizado además un concurso entre jóvenes creadores venidos del mundo entero.

En el jardín de las Tullerías en París, un artista mexicano afincado en Nueva York, Marco Castro, ha presentado un insólito proyecto “Bus roots” que consiste en transformar el techo de los autobuses en jardines y huertos rodantes.

Una iniciativa estética y ecológica, que utiliza las plantas de manera práctica y lúdica, cuya fuente de inspiración primera – según lo explica Marco Castro- fueron las chivas, o típicos camiones colombianos de variopintos colores, a menudo cargados con todo tipo de mercancías. Su reflexión e investigación la hizo en Nueva York, pero la idea le vino de ese medio de transporte colombiano.

La idea de este original artista consiste así en reunir varias ventajas relacionadas con la vida de las plantas en las grandes ciudades: el valor estético, la gestión de las aguas fluviales, la atenuación del calor urbano, el aislamiento acústico y térmico, la absorción de CO2, la restauración del Habitat, la producción alimentaria, la restauración de bienes inmobiliarios, la educación del público y la organización del tiempo libre.

Un autobús de transporte municipal dispone de una superficie en su techo de 340 m2. Si el proyecto “Bus roots” se hiciera en un total de 4.500 autobuses, que es el parque de transporte público de la ciudad de Nueva York, esa superficie inutilizada se transformaría en un espacio verde equivalente a la mitad del parisino jardín de las Tullerías.