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Festival de Cannes 2010

Cine norteamericano, inglés e italiano en competición

En competición este jueves, tres películas: “Fair game” del norteamericano Doug Liman, “Route Irish” del británico Ken Loach y “La nostra vita” del italiano Daniele Luchetti. La crítica del enviado especial de RFI a Cannes.

La actriz Naomi Watts durante la conferencia de prensa de Fair Game, el 20 de mayo.
La actriz Naomi Watts durante la conferencia de prensa de Fair Game, el 20 de mayo. ©Reuters
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“Fair game” de Doug Liman es la única película estadounidense que compite por la Palma de Oro en Cannes. El guión está basado en una historia real: la de Valerie Plame, una agente de la CIA que dirigió la investigación sobre la presunta existencia de armas de destrucción masiva en Irak, que sirvió de justificación a la guerra contra Sadam Hussein durante la administración de George W. Bush.

Valerie Plame y su marido, el diplomático Joe Wilson, fueron manipulados por la CIA, pero difamados y amenazados de muerte después, cuando denunciaron que no había ninguna base para justificar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Sus intérpretes son Naomi Wats y Sean Penn, en este film que muestra una vez más esa capacidad de Hollywood de hacer ficción con la más reciente historia. Ambos son buenos actores, pero según quien les dirija, su trabajo tiene mayor o menor relieve. 

Al ver “Fair game” tenemos la sensación de haber visto ya mil veces la misma película. Nada nuevo en el horizonte cinematográfico con esta reconstrucción de un hecho real y reciente, con imágenes de actualidad, y una ficción subjetivada a través de la historia familiar de esa mujer, su marido y sus dos niños pequeños, con una dosis de sentimentalismo y mensaje sobre la búsqueda de la verdad en un Estados Unidos democrático.

La ruta más peligrosa

“Route Irish” de Ken Loach, con su acostumbrado rigor, nos habla también de Irak, pero con tema diferente. Está basado asimismo en un hecho real: la historia de dos ingleses que se enrolaron como agentes de seguridad en Bagdad por un salario de 12 mil libras mensuales, con el objetivo de enriquecerse gracias a la “privatización” de los medios militares durante la ocupación de Irak por las tropas norteamericanas.

Uno de ellos muere un día en la “Route irish”, la carretera mas peligrosa de Bagdad; el otro vuelve a Inglaterra, rechaza la versión oficial de los hechos e inicia una investigación sobre las circunstancias reales de su muerte.

Con su fiel guionista Paul Lavery , Ken Loach filma la violencia en ese país ocupado militarmente y en el que millones de dólares circulan en la más absoluta impunidad financiera, pero todo ello a través de ese hombre que ante el horror vivido intenta reconstruirse o encontrarse a si mismo.

Recordemos que Ken Loach tuvo ya la Palma de Oro en Cannes en 2006 con “El viento que agita la cebada”. Ahora compite con “Route Irish”, una película de menor presupuesto que aquella.

Corrupción en la Italia de Berlusconi

“La nostra vita” de Daniele Luchetti nos habla de la Italia de hoy, de la corrupción, del racismo, del trabajo clandestino en la industria de la construcción, de esa sociedad en plena mundialización, a través del personaje de un contratista que vive un drama familiar que va a transformar su vida.

Su intérprete principal es Elio Germano, actor italiano muy de moda en estos momentos en su país. Los guionistas de la película son Sandro Petraglia y Stefano Rulli, muy en boga también en el cine italiano, pues firmaron películas como “Romanzo criminale” o “Nuestros mejores años”, películas a mi juicio sobrevaloradas por su éxito comercial.

Daniele Luchetti, que fue ayudante de dirección de Nani Moretti, es ya un realizador confirmado y vino a Cannes la primera vez en 1988, llevándose la Cámara de Oro con su primer largometraje “Domani, domani”. Estuvo en competición en Cannes en el 91 con “Il portaborse”, y en Un certain regard presentó en 2007 “Mi hermano es hijo único”.

“La nostra vita” no ha convencido en la Croisette, es una obra convencional, previsible, de trazo espeso, con una música aditiva que puntúa exageradamente cada situación dramática, aunque con un mensaje sin duda bien intencionado sobre esa Italia víctima de la corrupción mafiosa, en la que el dinero y el culto de la apariencia son los valores más cotizados en una opinión que sostiene a Silvio Berlusconi.

 

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