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Vida en el Planeta

El cerebro es la clave de una alimentación sana

Primera modificación:

Basados en los resultados de ciertos estudios, algunos investigadores estiman que el cerebro es la estructura más compleja y sofisticada del universo conocido. Luis Jiménez, autor de ‘El cerebro obeso’, nos habla de lo que sabe la ciencia sobre el cerebro para comer sano y luchar contra la obesidad.

El cerebro es la estructura más compleja y sofisticada del universo conocido, sostienen algunos investigadores.
El cerebro es la estructura más compleja y sofisticada del universo conocido, sostienen algunos investigadores. Thinkstock/Bowie15
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Para luchar contra el sobrepeso y mejorar la salud, las claves están en la cabeza, no en el estómago. En nutrición, hay que vigilar sobre todo el cerebro, ese órgano donde se controlan aspectos como la sed, la temperatura corporal, el deseo sexual, el hambre y la saciedad. Esto es lo que sostiene el químico español Luis Jiménez, autor de ‘El cerebro obeso’, y del blog "Lo que dice la ciencia para adelgazar".

Jimenez sostiene en ese libro que “hay tres perspectivas y tres puntos de vista chocando y solapándose entre las interconexiones neuronales. Por un lado la energía, los deseos y la razón. Del otro, la necesidad, el placer y la lógica”. A propósito de este complicado proceso, le preguntamos en esta entrevista si no hay alguna manera de controlarlo.

“Comer o no comer es una decisión. En un momento dado, yo decido comer o no comer. Pero, ¿qué proceso neuronal ha tenido lugar para que yo tome una u otra decisión? Pues bien, eso es lo que la ciencia aún no conoce de manera exacta. En mi libro ‘El cerebro obeso’, yo hablo de lo que influye para tomar decisiones. La activación de unas neuronas me impulsa a decidir una cosa; pero la perspectiva de sentir una cierta recompensa, me hace pensar otra; y tal vez el sentido común y el razonamiento me impulsan a hacer otra. Dentro de ese equilibrio que se va a producir, ¿quién gana? ¿cómo tiene lugar? La verdad, no lo sabemos. Todavía queda mucho por investigar en el cerebro”.

Pero ya sabemos más que antes. Durante muchos años, por ejemplo, pensamos que los seres humanos utilizamos escasamente el 10% de nuestro cerebro. O también que el cerebro se divide en dos mitades, una racional y otra emocional. Hoy sabemos que esos son mitos. Ahora bien, ¿qué conocimientos sobre el cerebro tenemos hoy que nos puedan ayudar a comer sano?

Uno de ellos tiene que ver con la explicación a la necesidad que tenemos de comer cada vez más de aquellos alimentos que nos gustan, como si la primera porción no nos saciara.

“Si estamos durante muchos años comiendo alimentos muy satisfactorios (‘palatables’), cada vez necesitamos más comida satisfactoria para sentir la misma cantidad de placer. En estos casos, las neuronas que funcionan con dopamina (‘dopaminérgicas’) cada vez necesitan más dopamina para sentir el mismo nivel de placer. Entonces hay que comer más alimentos muy satisfactorios, muy palatables, muy sabrosos, para poder sentir un mínimo de satisfacción”, advierte Luis Jiménez.

¿Es posible reprogramar el cerebro para que no nos impulse a comer ciertos alimentos nocivos para la salud pero que nos proporcionan un gran placer?

Luis Jiménez precisó a RFI que no hay una respuesta exacta a esa pregunta, pero “sí parece ser que un entorno más saludable ayuda bastante a una reprogramación cerebral. El hecho de familiarizarse con alimentos saludables, tratar más con ellos, normalizar la bioquímica de nuestro organismo, contribuye a ese proceso”.

 

 

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