Redifusión. Tomar el pulso a la naturaleza y acercarla a nuestro oído, de eso se trata el trabajo de un técnico de sonido naturalista. Seguir pistas sonoras hasta lograr imaginar un ecosistema (una selva, un bosque o el fondo marino) es la apuesta que hace el francés Boris Jollivet con su cine sonoro. "Muchos son escépticos frente a mi proyecto porque hoy hemos perdido la costumbre de escuchar. La gente no da la importancia que debería al sonido". Como si se tratara de un estetoscopio, los micrófonos de Boris Jollivet toman desde hace ocho años el pulso a la naturaleza. Sonidos inalcanzables para el oído humano maravillan cuando son escuchados por primera vez. El chillido que emiten los insectos, los cantos que ofrecen las ranas y el grave pisar de los elefantes. Las voces de la naturaleza ofrecen un concierto al artista, quien compara su trabajo con el de un músico y un fotógrafo: "Debo escuchar atentamente para reproducir en el estudio exactamente la sensación que tuve durante la grabación". Por Ximena Ampudia. Entrevistado: Boris Jollivet, técnico de sonido naturalista.