Este domingo se cumplió un año desde que el crucero Costa Concordia naufragara en las costas de la isla italiana de Giglio. Supervivientes y familiares de las víctimas conmemoraron la tragedia, con el barco aún encallado en el mismo lugar. Pero más allá del drama humano surgen preocupaciones en cuanto al medio ambiente, ya que la operación de rescate del barco conlleva riesgos de contaminación.Entrevistada: Giorgia Monti, responsable de la campaña Océanos de Greenpeace Italia.