Francia busca restringir el uso de los anticonceptivos de tercera y cuarta generación, un poco a contracorriente de la Agencia Europea de Medicamentos la cual indica que estos anticonceptivos no presentan ningún riesgo. Una reciente denuncia penal ha puesto en el banquillo de los acusados a estos nuevos medicamentos, y el gobierno francés prefiere optar por la prudencia.Entrevistado: Dr. Juan Gervas, experto en sanidad pública.