La policía dio el asalto al café de Sídney tomado por un iraní
La policía australiana ingresó al café de Sídney donde un refugiado iraní con antecedentes de agresiones sexuales retenía este lunes a una quincena de personas. Las autoridades anunciaron el fin de la toma de rehenes. Durante el asalto murieron el secuestrador y dos rehenes.
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Tras más de quince horas de tensión, la policía australiana dio el asalto final al Lindt Chocolat Café, un establecimiento situado en el distrito de negocios de Martin Place, que había sido tomado en la mañana por un hombre que secuestró a una quincena de personas.
Las imágenes de la televisión australiana mostraron el ingreso con armas de uniformados efectuando disparos. Poco después se podía observar la salida de rehenes, algunos de ellos heridos. La policía anunció el fin de la toma de rehenes que se saldó con la muerte del secuestrador, abatido por la policía. Además, dos rehenes fallecieron durante el asalto.
El secuestrador fue indentificado como Man Haron Monis, un refugiado iraní con un pasado violento. Según el periódico The Daily Telegraph, se trata de un hombre de 49 años que se encontraba en libertad condicional por su participación en el asesinato de su ex mujer en 2013.
El iraní, que se hacía llamar "el jeque", había enviado cartas insultantes a familias de soldados australianos muertos en el extranjero.
También pesan sobre Man Haron Monis unos 40 cargos por agresiones sexuales.
Desde el exterior del café podía verse una bandera con la inscripción en árabe: "No hay otro Dios que Alá, Mohamed es el mensajero de Alá".
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La policía estaba en contacto con el individuo, que había pedido hablar con el primer ministro Tony Abbot y una bandera del grupo Estado Islámico. El individuo ha asegurado que ha colocado dos bombas en el lugar y otras dos en otra parte de Sídney.
La famosa ópera de Sídney, situada cerca del café, ha sido evacuada.
Diez horas después del inicio de la toma de rehenes, periodistas en el lugar indicaban que el secuestrador era un hombre armado con una escopeta, mal afeitado, vestido con una camiseta blanca y una gorra negra.
La policía y los medios habían identificado al secuestrador, pero las autoridades habían pedido a los periodistas australianos que no revelaran el nombre del sospechoso.
En las últimas semanas, Australia ha estado en alerta por el temor de que algunos de sus ciudadanos que luchan junto a los yihadistas en Irak y Siria puedan cometer ataques a su regreso al país. Se estima que unos 70 australianos están luchando junto a los yihadistas.
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